Venganza

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"Ahora pagarás con lo que más amas.", repetía sin cesar en su mente.

"Vaya día.", decía con desinterés Wednesday, mientras se sentaba en la orilla de su cama con los brazos cruzados. Suspiró y luego de unos segundos se acostó.

"Oh, vamos.", su voz era dulce y emocionada. "Aprendimos mucho con los chicos de boyscout", expresó con alegría Enid.

"Yo aprendí a hacer nudos solo", Dedos hizo su aporte a la conversación.

"Yo me siento realizada por haber encendido la fogata a la primera", contestó nuevamente Enid, pero esta vez presumiendo.

"Sabes que prefiero cazar y disparar que hacer nudos por tres horas". – Habló entre respiraciones cansadas cerrando sus ojos.

"A nosotros nos tomó tres horas aprender y hacer un nudo que a ti te tomó dos minutos", respondió unos segundos después, mirando a Wednesday.

"Sí, por eso fue aburrido. Fue fácil para mí", murmuró con pesadez luego de casi un minuto. No quería dejar de responderle a Enid, pero el cansancio le estaba ganando.

Enid le había cosido a Dedos algo así como una pequeña manta para que se cubriera, habían formado una linda amistad por lo que Enid era detallista y también le dedicaba tiempo a su amigo.

De hecho, hasta le construyó una pequeña cama para que descanse cómodamente. Así era cada noche desde que la tiene.

Enid miraba como sus dos compañeros de habitación habían caído rendidos en los brazos de Morfeo. Esta vez el sueño no llegaba a su sistema. Esto le empezó a poner ansiosa porque solo significaba una cosa.

Sobre pensar...

Esto le generaba ciertos tics nerviosos. Dependiendo de lo que sentía hacia uno u otro. Esta vez era el de frotar sus dedos como si en ellos tuviera un anillo.

Los pensamientos atacaban su mente, luchando por abrirse paso entre los muros que Enid creaba para protegerse.

Realmente ella no cree en muchas cosas, pero gracias a Wednesday ella aprendió a creer en algo... Su intuición. Esta le dice que algo malo va a pasar, pero ¿cómo podía tener la certeza siendo alguien que no confía en sí misma?

Su ansiedad aumentaba a medida que los minutos transcurrían. Afectando ahora su respiración, acelerándose.

Si la pena no fuera dueña de sus acciones correría a la cama de Wednesday buscando refugio. Una única vez de sus brazos rodeándola en un cálido abrazo fue suficiente para hacerla sentir segura. A salvo.

El miedo atacaba como un puñal su corazón cuando preguntó por ella el día de la pelea, sentía que algo había muerto muy dentro en su ser. Pero todo eso desapareció al abrazarla, saber que estaba bien.

Y ahí entendió el gran miedo que había desarrollado al pensar en su vida sin Wednesday.

Tanto así que quizá por su mismo miedo pudo tener su primera transformación, estaba segura de que su instinto protector estaba más que presente al saber que Wednesday estaba en peligro.

Sabía que los lobos protegían de una manera diferente solo a una persona, su pareja. La persona con la que su parte lobuna se había derretido en amor. Es algo que no pueden controlar, simplemente sucede.

El pensamiento la asustó, pero también la hizo sonreír. ¿Acaso tendría alguna posibilidad con Wednesday?

Se hizo bolita en la cama, abrazando sus rodillas hacia su pecho. Sus ojos se llenaron de lágrimas mientras sentía una profunda tristeza.

Wenclair one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora