Continuación de "Un encuentro intenso".
Sus ojos se abrieron mientras se adaptaban al entorno. La luz proveniente de la ventana la cegó un poco, pero luego de unos segundos, sus ojos se enfocaron, mirando vagamente a su alrededor. Un olor suave pero embriagante llenó sus fosas nasales. Debía admitir que era muy agradable.
Lo siguiente de lo que fue consciente fue un leve cosquilleo en su cuello. Con su mano recorrió la herida que había quedado. Con un flashback, recordó la sensación eléctrica seguida de una calma que pasó por todo su cuerpo. Luego, los demás sucesos de la noche anterior llegaron a tocar la puerta de su conciencia.
Su cabeza se movió ligeramente y sus ojos captaron unos mechones rubios despeinados. Enid dormía pacíficamente sobre su pecho, boca abajo, sus labios pegados a su piel, su brazo descansando sobre su abdomen y su pierna encima de la suya.
El color rojo pintó ligeramente sus mejillas al notar que ambas estaban desnudas. El silencio reinaba en la habitación, solo interrumpido por el suave susurro de la respiración de Enid.
Su mirada recorría cada rasgo, cada gesto relajado de Enid mientras dormía, y una sonrisa tímida se dibujaba en los labios de Wednesday. La miraba con ternura, sintiendo cómo su corazón se llenaba de emoción y gratitud por tener a Enid a su lado. Sin embargo, a pesar de la intensidad de sus sentimientos, Wednesday luchaba por expresarlos abiertamente, como si las palabras se quedaran atrapadas en su garganta.
Con mucho cuidado, Wednesday rodeó a Enid con uno de sus brazos, sintiendo la calidez de su cuerpo y la suavidad de su piel. Una ligera sonrisa se dibujó en sus labios al notar cómo Enid se acomodaba inconscientemente en su abrazo, buscando una sensación de protección incluso en sus sueños.
Las cejas de Wednesday se fruncieron suavemente mientras sus ojos se perdían en el rostro sereno de Enid. Una mezcla de asombro y admiración se reflejaba en su mirada, como si no pudiera creer la suerte que tenía al estar junto a alguien tan especial. Sentía que había encontrado a alguien que la comprendía en lo más profundo, alguien con quien podía ser ella misma sin temor a ser juzgada.
"Te amo", susurró Wednesday. Con una delicadeza infinita, Wednesday acarició el cabello de Enid, sintiendo cómo los mechones sedosos se deslizaban entre sus dedos. Cada caricia era una muestra de cariño y gratitud, cada gesto transmitía el amor que sentía por Enid. Esperaba con todo su corazón que Enid pudiera sentir todo lo que le estaba expresando a través de esos pequeños actos de amor.
Wednesday se quedó un momento más disfrutando de la calidez del abrazo y la suavidad de la piel de Enid. Pero a medida que la conciencia se apoderaba de ella, también surgían ciertas inseguridades. ¿Cómo reaccionaría Enid al despertar? ¿Se sentiría igual de conectada y enamorada? A pesar de sus temores, Wednesday estaba decidida a ser honesta consigo misma y con Enid, aunque le tomara tiempo expresarlo.
Decidió esperar a que Enid se despertara por sí misma, sin interrumpir su sueño profundo.
Enid se despertaba lentamente, sintiendo el cálido abrazo de Wednesday a su alrededor. Su corazón dio un vuelco al encontrarse con los ojos llenos de amor de Wednesday fijos en ella. Aunque aún un poco adormecida, la mirada de Wednesday era tan intensa y genuina que hizo que Enid sintiera que podía perderse en esos ojos durante toda la eternidad.
Se estiró suavemente y respondió con una sonrisa tímida. En ese momento, no eran necesarias las palabras; el amor que compartían hablaba por sí mismo. Se sentía afortunada de tener a Wednesday en su vida, alguien que la aceptaba completamente tal como era y la hacía sentir amada en todos los sentidos posibles.
"Buenos días", saludó Wednesday dando un suave toque en la nariz de Enid. No respondió, ya que aún estaba algo dormida, por lo que se sentó de lado, sacudiendo su pelo como si fuese un perro. La cobija aún tapaba la parte baja de sus cuerpos, pero cuando Enid se sentó, destapó el pecho de Wednesday.
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Wenclair one shots
RastgeleHistorias de Wednesday y Enid. Los personajes no me pertenecen.