Wenclair one shots

Deseo en el Aire

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Hoy era sábado, un día libre para los estudiantes de Nevermore. El sol apenas estaba apareciendo en el horizonte, derramando una luz suave en la habitación. Wednesday y Dedos estaban durmiendo tranquilamente.

Enid era conocida por su patrón de sueño inusual, que la llevaba a pasar la noche del viernes al sábado despierta. Mientras Wednesday prefería dormir profundamente durante el fin de semana, Enid solía buscar la compañía de su mejor amiga, Yoko, para evitar la soledad de las noches en vela.

Enid entró a la habitación y se acercó sigilosamente al lado donde Wednesday y Dedos dormían. La emoción burbujeaba en su interior, y no podía contenerla más. Con pasos ligeros y un brillo travieso en los ojos, se dirigió hacia la cama donde Wednesday yacía profundamente dormida.

Sin embargo, la emoción fue su peor enemigo en ese momento. Cuando Enid saltó con entusiasmo sobre la cama de Wednesday, su grito de alegría resonó en la habitación, haciendo que Wednesday se sobresaltara en su profundo sueño y pataleara instintivamente. La pierna de Wednesday impactó en el costado de Enid, y antes de que pudiera reaccionar, Enid cayó de la cama con estruendo, interrumpiendo la armonía del sábado por la mañana.

Wednesday, confundida y somnolienta, se sentó en la cama, mirando a Enid, quien yacía en el suelo con una mezcla de sorpresa y dolor en su rostro. Dedos, por su parte, solo se movió un poco, continuando su profundo sueño sin inmutarse.

Enid se frotó el costado adolorido, mientras Wednesday se reía en su interior mostrando una leve risita en su rostro, finalmente entendiendo lo que había sucedido.

"Fuiste afortunada, hoy no dormí con mi cuchillo debajo de la almohada", habló Wednesday, usando un tono algo juguetón.

"Solo quería sorprenderte, ¡pero parece que la sorprendida fui yo!" Enid, aún en el suelo, sonrió y se rió por dos cosas: por lo mal que había salido su plan y por el dolorcito que había quedado en su costado por la patada.

"Bueno, al menos lograste sacarme de la cama en este día libre", Wednesday le tendió la mano para ayudarla a levantarse. "Mi intuición me dice que por tu manera de levantarme no es solo para sorprenderme."

Enid tomó la mano de Wednesday con una sonrisa y se levantó inesperadamente de un tirón que desestabilizó sus cuerpos. Enid, tratando de ganar equilibrio después del tirón, puso sus manos en los hombros de Wednesday de manera instintiva, mientras Wednesday la agarraba por el torso. Sus cuerpos quedaron muy cerca, y sus rostros estaban a solo centímetros de distancia.

La habitación estaba bañada en una luz suave y dorada que se filtraba por la ventana, destacando los rasgos de Enid y Wednesday. Sus miradas se encontraron, y en ese instante, el mundo a su alrededor pareció desvanecerse. El aire se llenó de una tensión palpable, un magnetismo que las atraía una hacia la otra.

Las expresiones en sus rostros hablaban de una conexión profunda, de un deseo que había estado latente durante mucho tiempo. Sus ojos se miraron intensamente, como si estuvieran buscando respuestas en el alma de la otra. Un ligero rubor coloreó las mejillas de Enid, y Wednesday sintió su corazón latir con fuerza.

Con sus dedos, Enid colocó un mechón de pelo suelto detrás de la oreja de Wednesday. El toque de Enid en el rostro de Wednesday generó una sensación eléctrica que recorrió la espalda de ambas. Wednesday cerró los ojos brevemente, saboreando la caricia. Las manos de Enid en su cuello y mandíbula la tenían atrapada, incapaz de moverse o romper el contacto.

Enid se acercó un poco más, y sus labios estuvieron a punto de tocarse con los de Wednesday. Ambas presionaron sus manos en el cuerpo de la otra, cerrando sus ojos en un movimiento suave, listas para por fin disfrutar del tan deseado beso.