Enid y Wednesday se conocieron en la prestigiosa academia Nevermore, un lugar donde florecían talentos extraordinarios. Desde el primer día que se vieron, sintieron una conexión especial que trascendía lo común. Aunque compartían momentos inolvidables y su amistad se profundizaba, también había un amor latente entre ellas, un amor que temían enfrentar.
Después de años de complicidad y tensión no resuelta, llegó el día de su graduación. Ambas sabían que sus caminos se separarían inevitablemente, ya que tenían diferentes metas y sueños que perseguir. Sin embargo, no pudieron evitar sentir una tristeza abrumadora mientras se despedían.
"Sabes, Wednesday, estos años juntas han sido los mejores de mi vida", habló Enid, con una sonrisa triste en su rostro.
"Lo sé, Enid. Tenemos que seguir adelante y perseguir nuestros propios sueños a partir de ahora", respondió Wednesday. Su voz fue firme, pero por dentro luchaba contra las lágrimas.
A pesar de sus palabras, el amor no expresado llenaba su ahora antigua habitación. Enid dejó sus maletas a un lado y corrió directo hacia Wednesday. Enid la abrazó con fuerza, sintiendo el dolor de la despedida inminente. Wednesday cerró con fuerza sus ojos, al mismo tiempo en que llenaba sus pulmones con el suave pero a la vez embriagante olor de Enid, que nunca volvería a tener.
El día de su graduación de medicina, todos reían, celebraban y estaban con sus parejas, incluso hijos. Su mirada se posaba en cada feliz pareja de sus compañeros. Enid siempre tuvo el pensamiento de ser fiel a sus sentimientos, de no estar sentimentalmente con alguien para no estar sola. Por lo tanto, ha intentado salir con varios chicos, pero al final prefería no concretar una relación.
Por otra parte, las mujeres nunca fueron su fuerte, y aunque también lo intentó, prefería que fueran sus amigas. Su mirada se posó en sus padres, que charlaban con otros compañeros. Alguien la tomó por la espalda, abrazándola y levantándola, asustándola.
"¡Mi bebé se graduó!", dijo alegremente la voz. Enid sonrió sinceramente al reconocer la voz de su mejor amiga. Luego de bajarla sana y salva, Yoko la abrazó. "Ya tenemos un doctor gratis, me encanta", agregó en modo de broma, haciendo reír a Enid.
"Gracias por estar aquí, en serio lo aprecio mucho, Sunshine", contestó Enid mostrando sus dientes en una gran sonrisa. "Por cierto, ¿cómo está Divina?"
"Ella está bien, descansando. Ya sabes, el embarazo es agotador", expresó Yoko con cara de angustia. "Lo hemos hablado, y queremos que tú asistas al parto", dijo algo nerviosa. Enid juraba que casi se le salía el alma, no en el mal sentido, sino porque no se lo esperaba.
En su mente solo pensaba que se acababa de graduar y que no tenía experiencia real atendiendo partos. Notó cómo su mirada se ponía borrosa y cómo su cuerpo empezaba a estar frío. Sus piernas temblaban.
Yoko abrió mucho los ojos. "Mierda, no te mueras", habló Yoko tomando a Enid y abrazándola suavemente. "Lo siento, creo que fue muy apresurado". Enid trató de regular su respiración hasta que lo logró. Claro, Yoko no la soltó hasta que pudo estar tranquila de nuevo.
"Todo bien, solo estoy ansiosa", reveló Enid haciendo una pausa. Su ceño se frunció fuertemente, su mirada clavada en un punto del suelo. "Aterrada, más bien. Siempre tengo mucho miedo de todo. Wednesday me ayudaba mucho con esa parte". Los ojos de Enid se iluminaron al pensar en ella.
Yoko inclinó la cabeza al escuchar a Enid. No sabían nada de Wednesday desde que salieron de Nevermore. Literalmente desapareció. Yoko conocía a Enid, le dolía que no hubieran siquiera intentado una relación. Enid miró a su mejor amiga algo apenada.
"Sabes que aquí seguiré, no soy ella, pero sabes que siempre cuentas conmigo", contestó Yoko con una pequeña sonrisa. "Eso no lo cambiará el tiempo". Enid asintió agradecida.
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Wenclair one shots
RandomHistorias de Wednesday y Enid. Los personajes no me pertenecen.