Capítulo 4

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En la actualidad…

Mientras aterrizaba, JongIn vio la limusina que lo estaba esperando. 

Kyungsoo fue lo suficientemente inteligente como para esperar a que los rotores giraran más lentamente antes de salir del coche. JongIn tenía tantas ganas de verlo… Se dijo que lo que le preocupaba eran los bebés y si él tendría la ayuda que necesitaba para cuidarlos.

No tenía nada que ver con el ansia que lo había corroído por dentro durante los dieciocho meses que habían pasado desde que le hizo el amor durante horas, antes de que el se vistiera y se marchara precipitadamente para no perder su vuelo.

Se le hizo un nudo en el estómago. El lo había visto con las defensas totalmente destruidas por el problema familiar que llevaba toda su vida tratando de aislar.

Nunca se había mostrado tan desprotegido con un doncel como lo había estado aquella noche. Normalmente, se concentraba estrictamente en el placer de sus encuentros y en hablar lo menos posible.

Con el, había gozado cuando su dolor emocional dejó de turbarlo. 

Cuando el se marchó, el silencio de la suite lo devolvió a los oscuros recuerdos de su infancia, pero había mucho más.

Normalmente, le gustaba ir a Busan. En aquellos momentos lo odiaba porque lo echaba de menos.

Y no se podía imaginar cómo reaccionaría el ante lo que le esperaba. Miró hacia atrás, a través de la puerta abierta de la cabina, y vio que su sobrino se había quedado dormido. Su sobrina lo miraba con los ojos muy abiertos.

Tenía el rostro manchado de lágrimas. El retorno a tierra firme y los ruidos del motor del helicóptero la habían sumido en un silencio absoluto.

–Volveré enseguida –le dijo, sin saber si sus palabras habían tenido algún impacto en la pequeña. Había repostado allí en el pasado, por lo que el hangar no le resultaba desconocido.

Salió al exterior para asegurar el aparato. No le gustaba dejarlo allí sin haberlo reservado de antemano.

Sin embargo, había tenido que tomar la decisión cuando volaba por el Océano hacia el nuevo crucero de Kim Resort y vio un barco armado con ametralladoras acercándose desde el horizonte.

Hyunsik, su cuñado, le había recibido con una amplia sonrisa y había llevado a los pequeños a que vieran el helicóptero de su tío.

En el momento en el que JongIn le dio las noticias que no había querido compartir por radio, Hyunsik  le había agarrado con fuerza del brazo.

–Tienes que sacarlos del barco.

JongIn no sabía qué les ocurriría a su hermana y a su hermano mayor junto a sus respectivos cónyuges, pero ¿qué diablos iba a hacer él con dos bebés? En especial, si aquella situación se convertía en algo permanente.

Decidió que era mejor olvidarse del peor de los casos. Tenía que enfrentarse con el presente. Estaba seguro de que no recibiría información nueva que le permitiera tomar una decisión hasta al menos doce horas después, quizá veinticuatro.

El conductor salió del vehículo y fue a abrir la puerta posterior del coche. Kyungsoo descendió. Hasta que lo vio y sintió que la tensión desaparecía, había tenido miedo de que el no se presentara.

Los rotores prácticamente se habían detenido. El llevaba el cabello muy corto y tenía unas ondas que JongIn no le había visto antes. Aquel peinado le gustaba mucho más. Parecía más joven y más despreocupado. Y más sexy.

Su aspecto no había dejado por ello de ser muy profesional. Llevaba un traje a medida muy elegante y, como siempre, un pañuelo a la garganta. 

Parecía un uniforme.

Una noche inolvidable (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora