Capítulo 11

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Kyungsoo, cuya vida había cambiado antes de la noche a la mañana,  había aprendido a preferir un cambio gradual y pensado en su mundo.

Sin  embargo, nada podría haberlo preparado para lo que ocurrió en los días posteriores. Primero, tuvo que dejar su trabajo, lo que fue una decisión muy dura a pesar de que Dara le envió tres ofertas de trabajo para que pudiera considerarlas cuando fuera el momento oportuno.

Después vinieron los viajes. Tuvieron que ir a Londres durante dos noches porque JongIn tenía una reunión y una presentación.

–¿Qué clase de presentación? –le había preguntado él cuando JongIn le pidió que lo acompañara.

–Firmamos un contrato para que se rehabilitara un edificio histórico.

Un miembro de la Familia Real estará presente, así que me han elegido para que represente a la empresa.

Un miembro de la Familia Real. Como si aquello fuera normal.Aquello significaba que tendría que actualizar su guardarropa, a pesar de que ya tenía muchas prendas.

JongIn había contratado a una estilista que lo ayudaba a elegir o él mismo lo llevaba a tiendas en el que las prendas no tenían etiquetas con el precio.

–Pensaba que a los donceles les gustaba ir de compras –le había dicho él en una ocasión.

–Pero el coste… Ni siquiera estoy trabajando.

–¿Tienes idea de todo el dinero que gano? ¿Qué mejor manera podría tener de invertirlo? Nunca gasto nada.

A excepción de en su flota de aviones y helicópteros. JongIn se marchaba en ocasiones en alguno de ellos a Sudamérica o a Japón, pero a Kyungsoo no le importaba.

Quería posponer todo lo posible su separación de Bina. Además, tenía que planear la boda y buscar un hogar adecuado en Nueva York, que era donde al final iban a vivir.

Habían pasado allí una semana y le había parecido una ciudad increíble. Sin embargo, no le había gustado tanto cuando JongIn lo dejó en la suite del Kim Resort y él se fue a su apartamento.

Comprendía que era un hombre reservado, al que le gustaba estar solo, pero, poco a poco, las inseguridades volvieron a apoderarse de él. Se convenció de que todo aquello era un error.

Entonces, de repente, después de ignorarlo un día entero, lo tomó entre sus brazos y lo besó hasta dejarlo sin aliento.

–Llevo todo el día deseando hacerlo –le dijo cuando por fin se detuvieron a tomar aire–. Estás muy guapo.Durante aquellos días en Nueva York, estuvieron buscando el lugar donde los dos iban a vivir.

Al final, se decantaron por un ático que estaba cerca del de Dara y Hyunsik, con vistas sobre Central Park.

Kyungsoo contempló cómo él cerraba el trato sin emoción alguna. Cuando el agente inmobiliario se marchó, un ominoso silencio se apoderó de ambos,  preocupándolo.

–¿Estás seguro? No pareces muy contento –le había preguntado Kyungsoo, mientras se colocaba a Mark sobre la cadera.

–Dijiste que te gustaba mucho.

–Y me gusta, fuiste tú el que te quedaste muy callado cuando dije que pensaba que este era el elegido. Podríamos haber seguido buscando.

–No era mi intención –replicó. Tenía la mano en el bolsillo y un gesto tenso le adornaba el rostro. Entonces sacó la mano–.

Sabes que no soy un hombre romántico, pero pensé que, si decidíamos que este sería nuestro hogar, sería el momento adecuado para darte esto como una especie de… Diablos, no lo sé –añadió mientras le mostraba el anillo–.

Una noche inolvidable (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora