El Principe y El Dragón De La Torre. [BL]

15.

Lucas estaba en su habitación, terminando de cerrar aquella caja. Travis entró a su cuarto, lo había llamado, dejó de evitarlo luego de leer lo que pudo ayer.

—¿Estás bien?—Preguntó Travis.

—Yo soy el que debe preguntar eso, ella fue la que te maldijo.—

—No específicamente a mi, tampoco fuiste exactamente tu.—

—Aun así... Creo que sé lo que debemos hacer para que la maldición se rompa.—

—¿Qué quieres decir?—

—Encontré esto.—Señala la caja sobre su cama. —Hay más historia detrás, más allá de la que conocen porque no querían que se supiera que un dragón estuvo con una humana.—

—¿Quieres decir que tu fetiche es de familia?—Travis sonríe.

—¡Oye!—

Travis ríe suavemente, apoyando una mano en el hombro de Lucas.

—Está bien, entiendo, ¿Qué hay que hacer?—

Lucas lo agarró de las manos y le sonrió con gran emoción y luz en sus ojos, ese brillo al cual el dragón no podía decirle que no.

—Hay que casarnos.—

La boda fue esperada con mayor emoción, las cosas estaban listas, y finalmente el gran día llegó, era el momento que el reino entero estuvo esperando, el matrimonio de su rey junto a un dragón, algo nunca antes visto, esto solo significa buena fortuna, un dragón cuidaría de su reino, no había nada mejor que eso.

Aunque el antiguo rey no estaba tan feliz con eso, pero quizás sea lo mejor, aún tiene a su hijo menor, ¿Cierto?

Los anillos estaban a juego, Lucas se los entregó a su hermano, quien haría entrega de los anillos, anillos de oro con una gema brillante, el de Lucas era un rubí en forma de corazón, mientras que el de Travis era una esmeralda en forma de corazón, simulaban ser sus corazones, entregados al otro.

La ceremonia empezó, ambos con trajes de blanco, Travis se negó a usar un vestido, pero usó un velo tal cual como rogó Lucas, finalmente estaba pasando, ni siquiera el ojos dorados lo creía, estaba a punto de casarse, alguien lo amaba, a alguien no le importaba que no fuese libre, de hecho, hacía lo que sea para salvarlo y darle esa libertad.

Finalmente la palabra que ambos respondían, Lucas no dudó, ahora solo quedaba el.

—¿Tu, Travis, aceptas al rey Lucas en sagrado matrimonio?—

No debía ser difícil, era una respuesta de solo dos letras.

Había tanta emoción en los ojos de Lucas, podía sentir su felicidad, su corazón latir con euforia.

—Acepto.—

—Yo con esto los declaro esposos, ya pueden besarse.—

Lo que tanto anheló.

Se unieron en un tímido beso, el cual fue iniciado por el rey, quien no pudo esconder más su emoción, todos aplaudían con felicidad genuina, ahora tenían a sus reyes. 

Entonces, una luz los rodeó, sus anillos brillaron. 

Y el collar que era el corazón de Travis, se convirtió en luz y fue directo al pecho del dragón, volviendo a donde pertenece.

Ese fue el deseo no cumplido de la bruja, casarse con su dragón.

—Lo hiciste.—Dijo Lucas sonriendo al separarse de los labios ajenos.

—No... Tu lo hiciste.—La sonrisa de Travis aumentó, rápidamente convirtiéndose en dragón y lanzando con su cola a Lucas en su espalda, emprendiendo vuelo rápidamente, volaba con tanta emoción, con tanta libertad.

Era libre.

Y verlo tan feliz en el cielo era algo que Lucas nunca dejaría de ver y amar.

Las cosas iban increíbles para el reino del trébol rojo. Sus reyes eran amados y aclamados, no todos los días tu rey es un poderoso dragón. 

El antiguo rey realmente soñaba con nietos, pero resulta que su hijo menor no solo doméstico a un dragón de tormenta, sino que también decidió casarse con él, quizás lo del fetiche si es de familia.

Aún así, Lucas y Travis han estado hablando sobre adoptar, ya sea un humano o un dragón, seguro iban a poder manejarlo.

Después de todo, estaban juntos en eso.

Y siempre lo estarían.