2.

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Tras cabalgar en su fiel corcel, por probablemente 3 días, en los cuales encontró torres pero no dragones... Su vista se pudo centrar en una alta torre la cual pudo ver desde lejos.

—...Lo encontré. ¡La encontramos! ¡Encontramos otra torre, Anubis!— Decía emocionado el príncipe.

Se bajo de su caballo para que descansara y camino con este hasta llegar frente a la torre.

La observaba con aprecio, se veía realmente antigua, pero a la vez realmente nueva, significaba que seguro que habría una princesa, o lo que realmente buscaba: Un dragón.

Lo que tanto había soñado lo había encontrado.

—Bien, Quédate aquí.— Le ordenó a su caballo mientras lo amarraba a un árbol.

Luego fue camino a la torre.

—Probablemente, deba entrar o algo para que... Aparezca, ¿No?...—Se preguntó a sí mismo mientras caminó a la entrada de la torre.

La puerta no tenia cerradura, solo era una puerta de madera simple malgastada.

La empujo para entrar, y justo cuando su mano tocó un poco la puerta de madera, haciendo que se moviera y a la vez sonara arrastrándose...

Un rugido de dragón se pudo oír.

Lucas se sobresaltó y giró a ver al cielo.

Podía ver como salía de las nubes el dragón.

Probablemente, media más de 10 metros.

Era rojo, como la sangre.

Y sus ojos brillaban de un color dorado como el oro en su máximo esplendor.

Su cuerpo lleno de escamas.

Su cola, larga, donde salía algo parecido a espinas.

Sus alas moviéndose en el aire, cada uno de sus movimientos era...

Era maravilloso.

Era aún mejor de lo que Lucas había estado pensando que sería.

Su más grande sueño...

Estaba siendo cumplido ahora mismo.

¡Estaba justo frente a El!

Acercándose...

Demasiado...

Tanto...

Y...

Le mostró sus maravillosos dientes...

Y...

—¡OH, MIERDA, FUEGO!— Gritó al darse cuenta que el dragón había atacado, saliendo de su ilusión.

Corrió lo más rápido que pudo dentro de la torre para resguardarse del dragón.

Al entrar respiraba agitado.

No sabía si era por la adrenalina del casi morir o si era el hecho de que se había enamorado a primera vista.

Podía escuchar como el dragón volaba alrededor de la torre, sus grandes alas golpeando con las corrientes de aire, provocando su propio impulso.

También escuchaba como gruñía , dando a entender que estaba molesto.

Pero, luego de un par de minutos, el dragón dejó de hacer ruido alguno.

Lucas se extrañó demasiado.

¿Se habrá ido para siempre? ¿No planeaba volver?...

Se iba a acercar a la puerta para salir y ver.

Pero antes de llegar a esta, fue quemada por el fuego lanzado del dragón.

Lucas volvió a retroceder, viendo como la puerta era consumida por la llamas.

Pero... No solo eso.

Alguien había entrado pasando por las llamas de la puerta.

Pudo verlo.

Su cola, sus cuernos, sus alas.

Sí, definitivamente era el mismo dragón.

Y tenía aquellos mismos ojos que la bestia hace unos momentos.

—Tú... Tú eres...—Decía Lucas, sin saber bien que decir.

—El Dragón de la torre, Sí. Eres del castillo del Trébol Rojo... Sí vienes por una princesa, señor príncipe, Se puede ir yendo, porque no hay ninguna. Y si no se va ahora, me encargaré de destriparlo personalmente...— Decía el dragón , dando un gruñido y enseñando sus garras, por el momento reducidas por la apariencia tomada.

Realmente, Lucas no sabía si le iba a dar un orgasmo o se iba a orinar del miedo.

O algo parecido.

Era...

Realmente lo que había soñado tanto.

—No, No... Yo... Vine por ti, No por una princesa.— Explicó Lucas sin parar de observarle.

—...¿Qué?...—













El Principe y El Dragón De La Torre. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora