4.

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Día tras día, el humano iba a la torre en busca del dragón.

—¡Hoy te traje regalos, Amor mío!— Dijo el príncipe en lo que llegaba caminando donde estaba la torre.

Normalmente venía en caballo, pero lo amarraba a un lugar algo lejos de la torre para que no se asustara y saliera corriendo al ver al dragón.

—¿Con que derecho me llamas así?¿Qué no sabes quien soy?— Dijo Travis frunciendo el ceño, acercándose al humano, este estaba saliendo justo de la torre.

—Un dragón. ¿Sabes quien soy yo? ¡Lucas Franzí, Príncipe del reino trébol! Futuro Rey,  por supuesto, y tú mi futura pareja.— Dijo sonriendo el príncipe.

—A veces quisiera romperte la cara...—

—¿Y porqué no lo haces?—

El dragón se quedó en blanco ante la pregunta.

No sabía describir aquello.

—...Solo... Veo que eres un humano interesante.—

Claro. Tantos años en soledad, Viviendo custodiando una torre la cual está vacía.

Ver a sus otros amigos dragones siendo libres, volando por los cielos. 

Y el tener que estar encadenado a esa torre.

Algunos dragones no corrían la misma suerte.

Lucas puede que sea molesto, pero ciertamente era la única persona que veía y hablaba más.

Y, realmente era un humano curioso.

—¡Eso es bueno! Suena a un diagnostico de un futuro "Gustar", Interesante. — Dijo para luego extenderle una bolsa que trajo. —¡Aquí mis regalos!—

Travis tomó la bolsa para luego abrirla.

Al ver el contenido, eran dulces de todo tipo.

Pequeños pasteles, caramelos, entre otras cositas comestibles.

—...¿Porqué...?— Preguntó Travis.

—Pensé que quizás te gustaría probar estas cosas, he estudiado un poco sobre dragones, y creo que a algunos les gusta probar cosas nuevas. Al verte aquí en una torre creo que no has probado mucha variedad, ¿No? Quise traerte eso para que probarás lo que te pierdes. Sí alguno en especial te gusta puedes decirme, me encargaré de que ese lo sirvan todos los días en nuestro castillo.—

—...¿Nuestro Castillo?—Preguntó mientras arqueaba una ceja.

—Oh, solo puedo pensar en el futuro, perdona si te llega a incomodar, pero creo que estoy muy ansioso. No pensé encontrarme con un dragón jamás.—

—...Y yo no pensé encontrarme con un humano como tú.—

—¿Como yo?—

—Sí, Ya sabes, un raro, acosador, siniestro y calenturiento. ¿Quién tiene fantasías con dragones?—

—Yo.—

—Exacto. Como tú.—

Lucas dio una leve risa.

—¿Qué es tan gracioso?— Cuestionó el dragón.

—Creo... Que es la primera vez que hablamos tanto, ¿Sabes?—

El dragón se dio cuenta que tenía razón.

Siempre que hablaban, o el dragón le ignoraba o lo mandaba de regreso a su hogar.

Ahora hablaban como conocidos.

—Supongo que... Ya te tolero más.— Dijo Travis.

—Me alegra oír eso.—

—...Bueno, supongo que te perdonaré la vida hoy solo por esto.—

—Estoy tan agradecido por su piedad, dragón de la torre. Consideraré traerle más todos los días entonces.—

—Bueno, supongo que no te puedo detener en ese caso...—

—Hoy tengo asuntos que arreglar, te veré mañana, mi querido Travis.— Dijo sonriendo para luego irse donde su caballo  e irse cabalgando en este.

Travis solo entró a la torre y tomó asiento en una silla vieja.

Abrió nuevamente la bolsa y sonrió.

Debía admitir que aquel humano era demasiado... Raro.

Era tan diferente a todos los que había conocido antes.

El era... Especial.

El Principe y El Dragón De La Torre. [BL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora