𝔏𝔢𝔳𝔞𝔫𝔱𝔞𝔱𝔢 𝒴 𝔓𝔢𝔩𝔢𝔞 /Miguel Diaz/ [Parte Dos]

Capituló 18

Eli había tenido una genial idea que todos habíamos ayudarle a hacerla, había hecho una plataforma de entrenamiento de Okinawa. El señor Miyagi siempre utilizaba un lugar donde era para almacenamiento, así que decidimos hacer todo ahí. Empezamos a tumbar las vayas y la hierba que molestaba.

Todos estaban ayudando sin pelear lo cual me sorprendió todo, se estaban ayudando mutuamente, pero me alegraba. Tal vez nuestros senseis no se llevan tan bien, pero eso no significa que nosotros no nos podemos llevar entre nosotros.

Siento como unos brazos me rodean y me plantan un beso en mi mejilla, volteo a ver de quien se trataba y era mi padre con una sonrisa.

El sensei Lawrence y el empezaron a ayudarnos a limpiar la zona para terminar antes.

🥋

El "entrenamiento" ya había terminado así que subí a mi auto para ver a una persona, pero alguien me detiene.

— Este día fue el mejor. No puedo creer que todos estaban ayudando y sin pelear —dice Miguel con una sonrisa—

— Si, fue genial, espero que pase más seguido esto —comentó—

— ¿Raquel, te gustaría... —se queda unos segundos callados— salir algún día? —al escuchar lo que digo me llevo por sorpresa lo cual creo que el noto que volvió hablar nuevamente—. Como amigos, claramente.

— Claro, Miguel. Me encantaria.

— Nos vemos mañana entonces.

Me despido de Miguel y me subo al auto para irme, iba a salir con Robby, en estos últimos días mi relación con Robby a mejorado. Por ahora solo quiero mantener mi relación con Robby y olvidarme que se encuentra con el "bando enemigo".

🥋

La salida con Miguel es el día de hoy, estaba algo nerviosa, ni en mi primera cita con el estuve tan nerviosa como lo estoy hoy. Me puse una falda de mezclilla negra y un cárdigan corto color café, de zapatillas unos converse negros.

— ¿Crees que me quede bien? —le preguntó a Mikaela a través de la pantalla de la laptop—

— De verdad te envidió, Raquel. Eres perfecta, cualquier cosa te quedas.

— Gracias, Mikaela, pero tú también eres perfecta —comentó sentándome en la cama—

— Se te hará tarde a tu cita —dice divertida—

— No es una cita, Mikaela. Es solo una salida de amigos y el está saliendo con Sam.

— Lo que tu digas, Raquel. Adiós.

Me despido de ella y tomo mis cosas para salir de casa, les avisé a mis padres que iba a salir.

Miguel me había dicho que fuéramos a un parque de diversiones, así que fuí directo al parque donde habíamos quedado. Me quede sentada en una banca esperando a Miguel, lo cual no espere mucho ya que despues de 5 minutos llego.

— Holaaa —me saluda—. ¿Te hice esperar mucho?

— Claro que no, acabo de llegar —le respondo dandole un abrazo como saludo—. ¿Por qué traes tu laptop?

— Me gustaria enseñarte algo, sientate —me pide lo cual hice al igual que el—

— ¿Qué es, Miguel? —pregunto un poco ansiosa ya que me intrigaba saber que era—

— ¿Te acuerdas cuando me viste a mi y a Tory juntos en el centro comercial? —me pregunta lo cual negue, no me acordaba para nada—. Fue cuando recien habíamos terminado.

— Me acuerdo. Me fuí a la tienda de ropa y te volví a decir lo mismo. Que podías salir con la persona que tu quieras. ¿Qué paso ese día?

— Quería volver contigo, asi que hice esto. Es algo estupido y tal vez no te guste, pero te lo quería mostrar —pone play a un video—

Al terminar de ver el video me voltee a ver a Miguel que se miraba algo nerviosa.

— ¿Por qué nunca me lo enseñaste? Es muy lindo, Miguel.

— Le pedí ayuda a Tory y me digo que lo borrara ya que no te iba a gustar. Me hacía ver desesperado.

— Pues me gusta y mucho —no pude evitar sonreir—

— Tenía miedo saber que tal vez te podía parecer idiota el video, pero me siento aliviado saber que te gusto.

— Miguel, ¿por qué me lo enseñas? —le pregunto algo curiosa—

— Porque ya no puedo mas, Raquel. Me gustas y no me voy a quedar parado sin hacer nada sabiendo que también te gusto.

— Miguel, no...

— Sam y yo terminamos, ella acepto mis sentimientos, ella sabe que me gustas tu —Miguel toma mis manos—

— Yo... no se —los nervios me ganaban lo cual provocaba que no pensara bien y que no pueda hablar, no sabía que decirle a Miguel. Me gusta y eso es muy obvio, pero tengo miedo—

— No tienes que decir nada hoy, Raquel. Estuve mal en decírtelo hoy, solo hay que divertirnos y olvida todo lo que dije.

No sabia que hacer, no sabía que decir, no sabía nada. Me tomo de sorpresa todo eso que quede en blanco total, sabía lo que sentía por el, pero por fin estaba en paz con mi hermana y no quiero que por esto ella y yo nos enojemos otra vez.

— ¿Cual atracción te gustaría subir primero? —pregunta Miguel haciendo que salga de mis pensamientos—

— Esa se ve divertida —apuntó a una atracción enfrente nuestra—

Miguel toma mi mano y hace que me levante de la banca para empezar a caminar hacia la atracción que había dicho.