— ¡Mamá! Cuéntame el cuento de la otra vez. —
— Eso no era un cuento, Venti. Era una historia... — Venti quedó confundido, el niño aún no sabia diferenciar entre un cuento, una historia y una leyenda.
La reina Jean suspira y sonríe, agarrando a su tierno hijo en sus brazos para acostarlo en su pequeña cama. El príncipe sonríe muy feliz mientras que su mamá se sentaba al lado de el.
— Erase una vez... En un reino muy lejano, gobernaba una diosa desconocida, está diosa era muy feliz y justa. Un día nota la presencia de dos entidades muy cercanas, el Arconte Barbatos y su mejor guerrero de nombre desconocido. Está diosa pensó que sería buena idea decírselo a los demás dioses para felicitar la relación de estos dos... Pero una diosa no se lo tomo bien, así que maldijo tanto al dios como a su amado, haciendo que en ninguna vida fueran felices.
— Ohh... Que triste.
— Si, pero todo esto tiene un lado bueno. — El príncipe Venti miro curioso a su madre y ella prosiguió con su relato. — Se dice que la diosa alegre se sintió culpable por la maldicion, así que decidió hacer un lugar especial y sagrado, donde esas dos almas podrían curarse de esa maldición. Lamentablemente cuando los iba a llevar, al lugar sagrado una guerra comenzó y la diosa murió sin razón alguna. Desde entonces, aquel lugar sigue sin ser encontrado pero se dice que cumple lo que más deseas en este mundo.
— Wow... Mami, ¿Tu crees que alguien ya encontró ese lugar y por eso ellos dos no pueden descansar en paz? — Pregunto un pequeño Venti inocentemente, su madre solo rió levemente antes de darle un beso en la frente a su hijo.
— No lo sé, es muy probable pero también es probable que ellos dos ya estén juntos en un lugar mejor. ¿Alguna pregunta más?
— Y mami... ¿Quien mato a la diosa buena?
— No lo se... Nunca se encontro el noveno libro donde deberia estar el final. Pero te aseguro que su trabajo no fue en vano, algún día ellos dos lo encontraran y serán felices.
— Eso espero...
"... ¡! ..."
El príncipe Venti estaba montando a su caballo mientras parecía sacar su arco para apuntar a diferentes lugares señalados con manzanas. Disparaba en el lugar indicado pero no podía montar a su caballo a la perfección, hasta incluso se cayó del caballo y se dio un fuerte golpe con una piedra. Saco un quejido adolorido.
Habían pasado 2 días desde lo sucedido con Alatus, no podia dejar de pensar en que demonios le pasaba a Alatus, se levantó del suelo y llamo a su caballo. Pensando sobre si contarle a alguien sobre su problema, obviamente sin mencionar a Xiao o Alatus.
El caballo había llegado y Venti se subió encima para seguir su entrenamiento, suspiro cansado para después mirar al frente de nuevo y apuntar a cualquier lugar señalado.
— Lo hace bien príncipe pero le falta saber montar el caballo o usar los planeadores. — Una chica de cabello largo castaño había mencionado sus fallos mientras le daba de tomar agua a su caballo, pues Venti lo habia pedido prestado para practicar.
— Ya se, pero ese caballo de seguro me odia. Tiene algo en contra mía.
— No lo creo... — Amber río al ver el puchero enojado de Venti, quien le saco la lengua al caballo pero este con su cola le pego. — Tiro al blanco, cálmate.
— Que asco.... Castigarlo es la mejor opción si me lo preguntas, aunque sea un ánimal no debe de tratarme así.
Ambos jóvenes siguieron hablando sobre el caballo, sus vidas o sobre la ciudad. La situación estaba yendo de mal en peor, pues desde lo de Alatus, ha ocurrido sucesos fuera de lo común. Asesinatos, robos o incluso desapariciones, aunque todas las desapariciones tenían algo en común...
Eran gemelos.
Obviamente Venti sospechaba de Alatus pero no encontraba lógica en eso, ¿Por qué? ¿Por qué iría detrás de gemelos? No entendía nada y le parecía ilógico sus acciones, si es que fueran de Alatus claro.
— Príncipe Venti... ¿Se encuentra bien? — La joven aventurera tenia un rostro algo preocupada. Venti reaccionó y asintió.
— Si... Estoy bien, solo que.... Me preocupa mi pueblo, asesinatos y desapariciones, debe ser una pesadillas para sus familias perderlos.
— Si pero el ejército y su padre ya estan buscando al culpable, y cuando lo encuentren harán justicia por esas familias que merecen la verdad. — Dijo animada la chica, Venti la miro y fingió una sonrisa.
Eso era lo que le daba miedo...Que no tuvieran la justicia que se merecen.
"... ¡! ..."
Venti estaba yendo camino a su cuarto en el palacio de su familia pero su camino fue interrumpido por su padre Diluc, quien lo detuvo en medio pasillo.
— Hola hijo, ¿Cómo te sientes?
— Bien... ¿Por qué esa pregunta? — Pregunto Venti mientras con sus dedos jugaba con su cabello trenzado, parecía evitar la mirada de su padre.
— Por la situación actual, desapariciones, asesinatos, delitos... Guerra. Se que todo esto es lo que más odia, así que quiero saber como esta el príncipe de Mondstad.
— Ah... Por eso, ando bien. Preocupado pero se que tú y los demás lograrán acabar con todo esto. Confío en ti padre.
Diluc en ese momento sonrió y un leve rubor apareció en sus mejillas, se acercó a su hijo y le dio unas palmaditas en la cabeza. Este hizo un puchero y lo miro directamente hacia sus ojos para quejarse pero al ver los ojos de su padre brillar de esperanza, se detuvo.
— Gracias hijo, haré de todo para que puedas vivir en un mundo deseado para ti.
Susurro su padre antes de abrazarlo e irse a su propio cuarto. Venti sonríe al oír aquello, el esperaba con toda su alma ese mundo deseado.
El príncipe siguió su camino pensando en aquella promesa de su padre, al llegar al cuarto se sorprendió por el repentino frío pero después noto que su ventana estaba abierta y además de eso, estaba el...
— ¿Xiao?...
— Venti, tenemos que hablar. — Ordeno su enemigo mientras entraba y cerraba la ventana detrás suya.
— ¿Sobre que?
— Sobre todo.
"... ¡! ..."
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sᴇx ᴡɪᴛʜ ᴛʜᴇ ᴇɴᴇᴍʏ [Xiaoven]
Fanfiction"Amado mío, Diluc Ragvindir acaba de tener un heredero como nosotros, no quiero ver a mi hijo tener que peliar con el. Xiao debe tener una vida normal como la de los demás niños, terminemos esta batalla." La familia Ragvindir y la familia Morax llev...