Parte 2

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-¡Estupido marimo que es lo que haces!— dijo Sanji con un grito entrecortado,  el aroma que Zoro desprendía solo lograba que su cuerpo se debilitará más. 

-Solo te sostengo, Chopper me dijo que estoy vivo gracias a que contuviste mis hemorragias a tiempo y ahora es mi turno de salvarte- le susurro al oído.

Esto solo causó que Sanji perdiera toda su fuerza y cayera inconsciente, su respiración se tornó agitada y su  temperatura corporal comenzó a elevarse lo cual  alarmó a Zoro, lo cargó y lo puso sobre el catre donde segundos antes él descansaba. 

¡Chopper, ven aquí rápido!-- gritó Zoro

Entró Chopper asustado y detrás de él todos los demás nakamas creyendo que Zoro era el que se encontraba mal, pero al ver que Sanji se encontraba inconsciente e hiperventilando, no entendían lo que pasaba. 

Chopper se dispuso a ayudar pero desconocía por qué se encontraba así, comenzó a darle medicamento para bajar la fiebre pero no respondía al tratamiento.

Sanji se vio sumido en un sueño profundo durante dos noches, le achacaron fiebres y espasmos corporales, dos noches en las que Zoro no se separó de su lado, se volvió su cuidador principal; ya que seguía al pie de la letra las indicaciones de cuidados que le daba Chopper, entre cambio de fomentos de agua para bajar la fiebre, como cambiarlo de ropa; debido a que sudaba en exceso, el estuvo a su lado. 

Los demás tripulantes hacían lo posible por ayudar a que Sanji mejorará, mientras Robin y Chopper devoraron libro tras libro para descubrir lo que le sucedía pero a pesar de sus esfuerzos no lograban encontrar la explicación, sus heridas de batalla no eran de gravedad para mantenerlo en ese nivel de inconsciencia.  

En la tercera noche, Sanji se levantó y tambaleándose se acercó al rincón donde Zoro estaba sentado durmiendo, inhalo el aroma maderoso y mentolado  que de este emanaba, y sus mejillas se tornaron rojo carmesí, se agacho para estar a la altura de su rostro y comenzó a besarlo, el suave tacto de los labios de Sanji junto el calor que emanaba  su cuerpo, despertaron a Zoro, se sorprendió pero no por ello lo detuvo, al inicio solos sus labios se tocaban pero poco a poco sus bocas se abrieron para darles paso a sus lenguas, el sabor dulce de la saliva despertó algo en Zoro una necesidad bestial de tenerlo más cerca, por lo que lo sujeto de la cintura y lo atrajo hacia él para sentarlo en sus piernas, introdujo sus manos frías por debajo de la playera de Sanji, acariciando su espalda, el choque de sus pieles causó un estremecimiento en Sanji quien después de este incesante beso cayó en los brazos del peliverde para volver a su estado de inconsciencia.

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