Parte 10

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Un profundo silencio inundo el lugar, ni el mar chocando contra el casco del barco era capaz de romperlo, esto hizo que Sanji comenzará a sentir  en su pecho comenzaba a emerger una sensación aplastante, cada respiración era como una brisa que congelaba su ser, su cabeza comenzó a dar vueltas por lo que se alejó de ZOro, el cual lo sostuvo de la muñeca antes de que este pudiera escapar.

-Suéltame, no hay mejor respuesta que tu silencio- le dijo sollozando y con su mano libre cubrió su rostro.
Zoro soltó la muñeca de este pero solo para cambiar la distancia que había entre ambos ya que lo atrajo hacia él y lo abrazó por la cintura.

-Oye que bueno eres sacando conclusiones- le dijo Zoro en tono sarcástico, el cocinero continuó cubriendo su rostro pero no intentó deshacer el abrazo del espadachín. -No conteste inmediatamente por que no existe una palabra que pueda contener todo lo que siento por ti,  las palabras te amo no sería suficiente, mis sueños y aspiraciones han cambiado a lo largo de este viaje, pues ya que no las imagino completas si no estas tu a mi lado, eres mi guía, mi One piece.- el espadachín cerró su declaración con un tierno beso en la frente del cocinero.

Sanji se quedó petrificado antes estas palabras las cuales resonaban una y otra vez en su interior, eliminando la pesadez y cambiando el frío por una cálida caricia, sin poder responder a dicha confesión sólo descubrió su rostro siendo atrapado por la brillante mirada del espadachín, cruzó su brazos por la parte posterior del cuello de Zoro para atraerlo hacia él, dándole un tímido beso el cual poco a poco cambió a uno más apasionado subiendo la temperatura de ambos.

La intensidad de sus besos comenzó a verse reflejada por sus feromonas ya que estas los rodeaban con tanto espesor que en Sanji se visualizaban con color blanquecino y en Zoro en color dorado, al parecer en ese momento sus ciclos de celo se armonizaron en una danza hipnótica.
Sus bocas solo se separaron para recuperar un poco el aliento en el cual Sanji dio un  ligero brinco para posterior estar rodeando a Zoro con sus piernas y entrelazando su manos en el cabello de Zoro sin separar sus labios, a lo que el espadachín lo tomó como una invitación y con el cocinero en sus brazos caminó hasta su camarote, dónde se desnudaron ya que querían sentirse aún más cerca, Los besos dieron paso a caricias más apasionadas y más íntimas hasta que el espadachín se introdujera en el interior del cocinero, un vaivén sincronizado entre ambos cuerpos aumentando la velocidad y con ellos los gemidos se entregaron extasiados hasta que sus partes viriles descargaron y  así quedar exhaustos sucumbiendo en un sueño profundo con sus cuerpos entrelazados. 

El primero en despertar fue el cocinero, su cabeza reposaba en el pecho desnudo de Zoro, comenzó a acariciar el pecho rodeando la cicatriz, su mente comenzó a viajar al día que lo conoció, recordando que lo concidero un tonto por enfrentarse a alguien evidentemente más fuerte que el, pero al ver la determinación de éste en batalla la admiración comenzó a crecer en su interior, una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro al ver que si admiración se transformó en un sentimiento más fuerte, en amor.

La sensación de tranquilidad le duraría muy poco, su cuerpo lo tracionaria ya que lo invadieron las náuseas, se soltó del abrazo de Zoro, corriendo de inmediato al baño para vaciar el poco contenido de su estómago.
Esto despertó al espadachín quien preocupado se acercó a este para tratar de aliviar su malestar, pero solo pudo darle unas palmadas en la espalda mientras esté continuaba vomitando durante varios minutos.

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