26: Una piedra en el Zapato

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El sol se colaba entre las rendijas de las cortinas, una fuerte jaqueca estaba invadiendo la cabeza de Jimin, haciendo que se moviera en la suavidad de unas sábanas de seda, y en una cama que él conocía a la perfección

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El sol se colaba entre las rendijas de las cortinas, una fuerte jaqueca estaba invadiendo la cabeza de Jimin, haciendo que se moviera en la suavidad de unas sábanas de seda, y en una cama que él conocía a la perfección. Poco a poco sus ojos esmeralda se abrieron, percibiendo la luz de una nueva mañana y junto a ella un dolor inmenso en cada parte de su cuerpo. ¿Estaba en su habitación?... ¡no!, definitivamente esa no era la suya, pero mientras más se ubicaba, más la reconocía.

En eso percibió la cercanía de alguien que acababa de entrar a la recámara. ¡Y bum!, los destellos empezaron a bombardear cuando sus ojos se clavaron en el heredero. Lo que no como él quisiese, y así es como llega el momento de reprimirse, del remordimiento.

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—Ya salgo, puedes ir adelantándote y preparando todo para irnos.

—Está bien Park, voy con Jennie que anda pasada de copas, —escuchó Jimin mientras recuperaba el aliento y con la cabeza recostada al pecho agitado del castaño.

En el baño resonaron las pisadas de Boris, y cuando el ángel iba a reincorporarse, oyó como estos se frenaron y la puerta nunca fue abierta. Estaban hechos unos desastres, quienes los observaran por mucho que se acomodaran la ropa, imaginarían con facilidad lo que sucedió en esa cabina del aseo.

«Puro sexo, Jimin gritas a sexo por donde te veas»

—¿Park, y Jeon, lo has visto?, —los dos nombrados se miraron.

—Adelántate Boris, de Jeon me ocupo yo —ordenó y luego escuchó por fin el sonido de la puerta...

Es lo único que recuerda con exactitud, al parecer su nivel de éxtasis por el pasional encuentro más el alcohol que permanecía en sus venas, afectó gravemente su cordura, y algo en él se había apagado. Lo otro está muy efímero, en un momento se arreglaba para disimular, en el otro caminaba en dirección de los demás con Jungkook atrás, luego de como este le daba orientación al transportador ya los cuatro en la camioneta, y por último que fue dejado en la mansión Jeon, la que conoció hace cuatro años atrás. Que sin él estar de acuerdo al cien por ciento, fue el primer error que cometió para que empezara el principio del fin de Parki.

[•••]

¿Entonces qué demonios estaba haciendo en la antigua habitación de Jungkook, en aquella dónde sus cuerpos se acoplaron creando pura dinamita y por primera vez sintieron una conexión?...

—¿Despertaste?, —le preguntó el castaño, con una sonrisa de oreja a oreja, y parado a un costado de la cama. Con solo un pantalón holgado, su torso desnudo y su cabello largo recogido en una coleta.

Pero Jimin estaba ido observando cada rincón de la estancia y atormentándose con los recuerdos de hace cuatro años. Hasta que la cama se hundió por su lado derecho y su piel se erizó gracias al calor que desprendía el heredero, quien con sus brazos lo atrajo hasta él y a la realidad, a la dura y cruel realidad. Por un instante dejó que el aroma de Jeon calmara a su débil y traicionero corazón, más cuando en intervalos de segundos el mareo lo atacaba.

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