Parki ya no tiene nada. Él es solo cenizas y un espectro que no vale, no obstante, sigue manteniendo su supervivencia como una mísera marioneta. Y si es necesario, volverá a desenterrar al Ángel de la Muerte para recuperar lo que perdió. Sin embargo...
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A pesar de que los rayos del sol mañanero ya se iban intensificando, la habitación de Jimin se mantenía a oscuras, y él, en la misma posición desde que entró y tomó un baño. Así es como el ángel más cómodo está para no dejar de pensar y repasar los sucesos uno a uno. No va a negar que tener a Jungkook a unos escasos metros le hacen la tarea difícil, pero como ha repetido, debe o necesita estar centrado. La culpa que habita en sus pensamientos, siguen siendo recordatorios filosos y constantes de que así tiene que ser. Él sabe que perdonó a Jungkook desde que disparó el gatillo porque aquí entre nosotros, poniéndose en los zapatos del castaño, Jimin hubiera actuado igual o peor que él. De hecho, cuando la noticia de que perdió a Jackson le llegó, quiso arrancarle el corazón con sus propios manos, pero al verlo supo que nunca podría, desgraciadamente Jeon siempre será su maldita debilidad.
Eso no sustituye su realidad y le crea miles de confusiones porque a pesar de lo presente que lo tiene, ahora que está cerca y cuando lo ve a los ojos el sentimiento amargo de desconfianza toma fuerza, contradictorio a lo expuesto anteriormente, pero no lo puede evitar. Cuando siente la presencia de Jungkook y lo ve bien, en una pieza continuando su vida como si nada, le llega una punzada al pecho y es que él está en el mundo de los vivos y Jackson no, el respira y la gemela Kim no, Jimin le entregó toda su lealtad, su confianza y no le importó mientras que su equipo que lealmente lo seguían y veneraban, se esfumó gracias a que él corrió en búsqueda de Jeon. Entonces, es cuando el rubio se pregunta, ¿cómo es posible qué su piel reaccione igual o más que su corazón de tan solo pensarlo?, ¿cómo es qué lo odia y a la vez no lo hace?.
Muchos podrán tildarlo de psicópata que no tiene corazón o que verdaderamente no tiene cabeza, ya que si ese hombre es así de importante para el ángel, ¿por qué demonios le disparó y a parte lo dejó vivo?, eso no tiene sentido para nadie y Jimin lo sabe. Ahora que está meditando en la ventana de la habitación, lo vuelve a recalcar para que a él no se le olvide. Y es que en su momento fue la mejor solución que encontró su jodida mente para darle fin a su fatídica historia.
¿Por qué?.
Sencillo, Parki nunca, pero nunca de los jamases perdonó una traición. En esa época estaba en crisis, en una batalla consigo mismo, su cabeza estaba dividida, una parte de él exigía quitarle la vida y la otra imploraba que no lo hiciera, así que se apuró para complacer a las dos y por eso disparó, prediciendo que Park Jimin no falla un tiro y calculando que al estar la policía cerca, Jungkook tendría todas las probabilidades de salvarse, llegaría a tiempo a un centro médico. Además, si deseaba mantenerlo lejos de él, ese era el único medio ya que la verdad siempre sale a flote, pero con esa marca que el castaño posee en el medio del pecho, es la prueba para que Jungkook lo odie por el resto de la eternidad o cómo mínimo, entienda que lo de ellos es imposible.
Jimin sabe que vive en el infierno desde que nació, por lo tanto los demonios siempre lo perseguirán y él no tiene escapatoria cuando sus deudas nunca serán saldadas, ese es su castigo. Su mente dañada le demuestra que todo salió bien, logró su cometido y cargará una culpa menos, ya no tendrá que refugiarse en la personalidad de Parki ni será marioneta de la voz del infierno, la que murió los días posteriores al disparo y Jungkook seguirá su camino dejándolo de lado, odiándolo o no, pero lejos de él y de sus enemigos. ¿Verdad?.
