Parki ya no tiene nada. Él es solo cenizas y un espectro que no vale, no obstante, sigue manteniendo su supervivencia como una mísera marioneta. Y si es necesario, volverá a desenterrar al Ángel de la Muerte para recuperar lo que perdió. Sin embargo...
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— Park, me puedes explicar que hace Jeon Jungkook aquí...
La acción del agente había descolocado a más de uno de los presentes y el aire se volvió denso, electrizante, más cuando el moreno fue consciente que cruzó abismalmente la raya. Pero la vergüenza pasajera se esfumó cuando cayó en aquel hombre alto de pelo castaño y que lo asesinaba con la mirada. Pues a Jeon Jungkook, quien estaba retraído en una esquina muy cerca de la entrada, no le gustó para nada la forma en el moreno tocó a su ángel.
Con respecto a Jimin, él se quedó congelado, en estos cuatro años ha estado junto a Namjoon y de alguna forma le ha tomado cariño, han compartido cosas buenas y malas, se han hecho bromas, pero nunca se han invadido el espacio personal de esta manera. Son acciones que cuando están dirigidas a él, por muy experto que sea el rubio, le cuesta trabajo interpretar.
—Jimin, te hice una pregunta —refunfuñó el moreno antes el silencio del ángel y en un duelo mortal de miradas con el castaño, el cual ya no tenía expresiones de confusión sino de diversión.
—Ahora hablamos Nam —musitó Jimin solo para él, con calma y tranquilo, lo menos que quería era una discusión.
El rubio con tremendo dolor de cabeza, entrecerró los ojos al ver que tuvo el efecto deseado en el moreno y aunque el desapruebo de alguien le hacía caricias en la nuca, suspiró pesado y ladeó su cuerpo para darle el frente a todos.
—Bien, ha sido una noche pesada, pero no es momento de descansar. Boris, encárgate de instalar a la gemela y de atender a nuestro invitado. Taehyung y Namjoon vengan conmigo, tenemos que hablar, la operación no hizo más que complicarse.
— ¿Tan grave es? —preguntó el de sonrisa cuadrada acercándose a su amigo y a Jimin.
—Sí, vamos —respondió sin vacilación y dio media vuelta para dirigirse al otro extremo, donde se encontraba la sala de operaciones.
Cuando la delicada silueta del ángel se desaparecía por la puerta derecha, Kim Taehyung palmeó el hombro de su amigo y entre muecas le susurró un suerte que la vas a necesitar, para entonces seguir el mismo recorrido. Namjoon bufó por el atrevimiento de su camarada y también como una forma de controlar su disgusto. Ya dispuesto a ir junto a Jimin que aún le debe explicación, miró por última vez al heredero, transmitiéndole que no era para nada bienvenido. Así cada uno se encaminó a cumplir con lo ordenado, muy a pesar de Jungkook.
Jimin sintiendo el olor a humedad del lugar, apresuró el paso aún con secuelas de la emboscada y prendió el interruptor de la Luz. Lo primero en captar sus ojos verdes, fueron las grandes cajas amontonadas en una esquina y pensando que debe ser el pedido encargado a los japoneses. Una cosa menos que preocuparse, ahora ya contaban con todo lo necesario para comenzar, desde armas potentes hasta equipos digitales para investigar y rastrear.
