32: Liberación

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El cielo se vistió de negro, con la luna de guía y el agitado ambiente varió a la tranquilidad de la noche

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El cielo se vistió de negro, con la luna de guía y el agitado ambiente varió a la tranquilidad de la noche. Eran pasado de las diez cuando Jungkook, Jimin y Yoongi se bajaban de la camioneta por el parqueo convencional de Innova, con Hoseok aún inconsciente o dormido. Es que el rubio lo miraba de a ratos y parecía un bebé recién nacido.

«¿Cuántas madrugadas estuvo en vela para que descansara tanto?» pensaba el ángel cuando observaba a su hermano.

A lo lejos se detectaba la silueta de un hombre, que Jungkook reconoció como Lee Jong Suk, este yacía pegado a donde estaba el elevador especial y que te trasladaba al piso directivo.

Luego de abandonar aquel antro de perdiciones, confrontaron su situación por casi media hora, y tomaron al pies de la letra la ironía del Ángel. Pues desgraciadamente estaban desvalijados como un náufrago en el Océano Pacífico, así que utilizaron la cabina telefónica pública que se les cruzó en el camino para planificar su llegada a la compañía Jeon. También querían deshacerse de la camioneta, pero Hobi se los impedía, y escondiéndose de la alterada policía de Seúl, esperaron la noche para poner el plan de Jimin en marcha. ¡Por eso se encuentran aquí!.

—¡Jeon! —musitó el vicepresidente de Innova al percatarse de su llegada.

—Lee... —y el castaño le abrazó, escuchando por la parte contraria un susurrado "tenemos que hablar".

—Lo sé, pero no es momento —suspiró antes de observar por el rabillo del ojo y por encima de su hombro— ¿Localizaste a Soobin? —cuestionó el castaño.

—Debe estar por llegar, ¡vamos! —respondió asintiendo; y nadie notó el nerviosismo en el pálido cuando todos tomaban el ascensor.

En aquel reducido espacio, la tensión incrementaba el silencio y Jong Suk temblaba por la imagen del frente. Es que llevaba casi un mes preocupado por el heredero, para que ahora estén codo a codo y con dos personas que cargaban a alguien inconsciente... Más si uno de ellos era Min Yoongi.

Las puertas aniquiladas se abrieron en el piso 23 y las luces del pasillo se fueron encendiendo una por una, sin embargo, nadie salía. Dentro se encontraban formados como mismo ingresaron, primero los ejecutivos y por último los criminales.

—Jimin, —nombró el heredero cuando las puertas intentaron cerrarse, y encontrándose al fondo.

—Jeon esto no es lo que te pedí —contestó trasladando su mano para impedir que el ascensor se cerrara.

—Aquí está mi oficina para descansar un poco...

—No hay tiempo para eso, llévame a la sala de servidores —le interrumpió quitando su brazo y al instante quedaron atrapados en el elevador.

Jungkook sin más opción y bajo la negatividad de su segundo, se estiró marcando el botón con el número 16. La música instrumental los volvió a rondar y aquel armatoste retrocedió. Las puertas se abrieron enseñando la gigantesca sala inundada en cómputos.

Títeres | Kookmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora