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Grace:

Me cruzo o mejor dicho, me golpeo contra un cuerpo duro durante la mañana en el pasillo que dirige al baño, levanto la vista y miro los ojos del príncipe.

Mi boca se abre y una recopilación de imagen tras lo sucedido anoche, regresan a mi mente, retrocedo con sobresalto y como un robot hago una reverencia.

—Buenos días, su alt...

—No hagas eso, Grace. —Levanto la mirada al oírlo y me detengo. —Es tu casa ¿No? Eso dijiste.

Mi labio tiembla. —No lo deci...

Pero ya cruzo dirigiéndose a la habitación, respiro profundo y camino ingresando al baño, directo a la regadera.



(***)



—Espero que el desayuno sea de su agrado, aunque no debe compararse a lo que come con regularidad.

Compartimos una mesa los tres y no sé si papá esta emocionado por la conversación o porque comparten la misma mesa, quizá ambos.

—La comida de palacio debe ser exquisita.

—Lo es, he tenido la oportunidad de degustar alimentos de un chef de cada reino.

—Suena una gran oportunidad de probar comidas de cada lugar, su paladar ha tenido el gusto de servirse de cada reino.

El príncipe asiente.

—Sin embargo, jamás he probado algo tan exquisito como esto. —Levanta la cuchara y me mira. —¿Es..

—Quinua y leche, le hará bien para el viaje que tendremos al volver. —Necesita todas las fuerzas posibles.

Ambos me miran en silencio, sobre todo mi padre.

—El príncipe no se quedará más que hasta medio día, papá. —Le aclaro. —Tiene labores...

—¿Labores? —Me mira con atención el príncipe.

—Tiene labores de príncipes que debe seguir.—¿Qué estoy diciendo? Él se ríe, aun así, insisto.—¿No es cierto, príncipe?

—Por supuesto, Grace se encarga de mi itinerario, si ella lo dice es cierto. —Medio sonríe.

Ruedo los ojos.

"Criada personal, Grace"



(***)



—No se acerque mucho a las personas o lo reconocerán.

No puedo luchar contra él, quería comprar naranjas después de que una vecina me avisara que la dueña del huerto si fue a trabajar al mercado una vez que yo me fui, intente ir a escondidas y ahora tengo a un príncipe insistente siguiéndome.

—¿Me dices porque son tan importante esas naranjas?

—Me gustan.

—Si ese es el problema puedo conseguir que traigan una gran cantidad de cajas para ti.

Me detengo y el a mi lado, me vuelvo hacia él.

—¿Por qué se tomaría esas molestias?

Ruedo los ojos.

Reportando a la Realeza (#2 Amores en la Realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora