Reportando a la Realeza (#2 Amores en la Realeza)

27

Grace:

Las puertas del despacho se cierran y el rey camina hacia su mueble de escritorio, mantengo una distancia con el hasta que veo lo que saca del cajón final.

Arroja la cámara y la presión se me baja.

Doy un par de pasos acercándome sin evitarlo.

—¿Algo que desees contar, Grace?

—Entro a..

—¿A tu habitación? Es el palacio de Arcaría, ninguna habitación esta prohibida para el rey.

Trago saliva.

—¿Qué eres?—Me examina.—¿Una reportera?

—Puedo expli...

—Seguro que si.—Responde por mi y suspira.—¿Mi hijo lo sabe?

No respondo, mis nervios no me dejan.

—¿El príncipe de Arcaría sabe que lo has estado engañando?

Mis ojos se llenan de lagrimas y niego repetidas veces.

—No lo sabe.. y hasta hoy no pensabas decírselo.

—Su majestad, yo no... no hay nada que yo pueda hacer contraer reino que usted pueda encontrar ahi. Yo jamás...

—¿Traicionarías tu rey?—Me interrumpe.—Ya has traicionado la confianza que te ha otorgado mi hijo cuando el... ha insistido tanto en tenerte a su lado.

Las lagrimas se deslizan por mis mejillas.

—¿Al menos amas a Gael o esperabas ponerlo en una situación comprometedora para que....? —Me mira furioso.—¿Desprestigiar su imagen por una noticia? 

—No, yo...

—¿Con que motivo? ¿Dinero...? ¿Es dinero la razón por la que pretendes estar enamorada del príncipe?—Se enfurece más.

—¡No, claro que no! Yo...

El guarda silencio.

—Mis sentimientos por el son ajenos a lo que yo vine a hacer al palacio.

—Desprestigiar a la corona no deja de ser tu acto. Traición.—Continua el rey.—De ser el monarca que fundo este reino, ya estarías camino a la ejecución.

—Su majestad, yo nunca quise.

—¿Si amas a mi hijo?

—Lo amo.—Trago duro.—Lo amo profundamente.

Baja la mirada al escucharme.

—Que sea el príncipe quien te juzgue y anhelo que su corazón vagamente cautivado por ti no lo limite a tomar la decisión que un rey debe tomar.

Las puertas se abren interrumpiéndonos y me giro viendo el mayor de mis miedos, Gael lleva la misma bata y por lo rapido que ingreso, me dice que tenia la intención de hablar con su padre, sin embargo, su intención queda atrás cuando me ve.

Y va directo hacia el, enfurecido.

—¡¿Que demonios le hiciste?!

Gael:

—¡¿Qué demonios le hiciste?!

Las manos de Grace impiden que haga una locura.

—Increíble que levantes la mano a tu padre por una mujer como ella.