3.

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Freen dio un amenazador paso adelante, pero Becky se mantuvo quieta. Podía mirarla fijamente todo lo que quisiera, ella no iba a moverse ni un centímetro.

"Tengo entendido que tu madre vive actualmente en Misterly", dijo Freen. A Becky le latió con fuerza el corazón por el miedo. "Mi madre está enferma, no se le puede molestar".

Becky odió la manera en que la Caballera Demonio alzó su frente, como si estuviera cuestionando la veracidad de sus palabras.

"Enferma o no, ambas serán escoltadas hasta el convento de Santa María del Mar en menos de una hora. Pueden llevar sus objetos personales, pero nada más. El castillo y todo lo que alberga en su interior me pertenece a mí".

Becky cruzó los brazos sobre el pecho con expresión desafiante. "¿No me has oído? Mi madre está delicada de salud. No se la puede molestar".

Sin conmoverse, Freen dijo, "Seré yo quien juzgue eso. Iré a verla cuando haya hablado con los miembros de tu clan".

"¿Y qué pasa con mi hermana pequeña? Se está recuperando de una grave afección pulmonar. ¿Vas a enviarla a una celda húmeda y estrecha para que muera? Hace mucho tiempo que las hermanas hicieron voto de pobreza. Apenas comen y viven sin las comodidades a las que nosotras estamos acostumbradas. Tengo entendido que no permiten que se enciendan fuegos en los dormitorios. Mi hermana y mi madre no podrán sobrevivir bajo semejantes condiciones de dureza".

"¿Una hermana? ¿Tienes madre y una hermana?"

"¿Acaso no acabo de decírtelo? ¿Estás confusa, mi señora?"

"Más bien asombrada. No sabía nada de una hermana. Ni tampoco se me había informado de ninguna enfermedad en Misterly, ¿Cuántos años tiene tu hermana?"

"Song nació poco después de que mi padre fuera asesinado en Culloden. Sólo tiene siete años. Mi madre nunca se recobró tras las muertes de mi padre y de mis hermanos, y apenas sale de su habitación. Está muy frágil".

"¡Maldita sea! No tenía ni idea. En cualquier caso, seré yo quien decida su destino".

La tensión aumentó entre ellas mientras se quedaban mirándose la una a la otra. Becky se sintió sacudida hasta los huesos. Aquella inglesa imposible, su enemiga, la estaba afectando de un modo difícil de entender. Su ira servía de escasa protección contra las sensaciones que revoloteaban en su interior. Supo instintivamente que si bajaba la guardia, Freen Sarocha ganaría. Todavía tenía que descubrir qué era lo que ganaría, pero temía que sería más de lo que ella estaba dispuesta a entregar.

Un estruendo al otro lado de la pesada puerta de roble devolvió los pensamientos de Becky a la realidad que tenía delante. Observó ansiosa cómo los miembros de su clan llenaban el salón, seguidos de un pequeño ejército armado de hombres ingleses.

"Los Kanpiang se habían marchado cuando llegamos a la iglesia, Freen", aseguró Noey. "Hemos traído a los Armstrong y los miembros de su clan, tal y como ordenaste.

"Alguien ha debido alertar a los Kanpiang", dijo Freen sombríamente.

Lachlan Armstrong dio un paso adelante, "Yo les he advertido".

"¿Quién eres tú?"

"¿Quién eres tú?", preguntó Lachlan con sequedad.

Ignorando la insolencia del hombre, Freen contestó.

"Soy Freen Sarocha Chankimha, condesa de Clarendon y la nueva señora de Misterly, a su servicio".

"Yo soy Lachlan Armstrong, su señoría", dijo Lachlan con orgullo. "Uno de los pocos hombres que sobrevivió a Culloden".

El sabor del deseo | Freenbecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora