7.

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Freen regresó al salón. Se detuvo para servirse una jarra de cerveza de un barril cercano y luego se dejó caer pesadamente en una silla frente al fuego. 

Noey se reunió con ella unos instantes más tarde, "¿Qué has decidido respecto a la muchacha Armstrong?", Freen se quedó mirando pensativamente su jarra.

"No estoy segura de que sea una buena idea enviarla al convento. La dama tiene tantos recursos como belleza. Estoy empezando a pensar que, en lo que a Becky se refiere, no existe una respuesta clara. Resulta obvio que no aguantará mucho en el convento. Mira la facilidad con la que encontró la salida del castillo. Se escapará del convento en menos de una semana y correrá hacia el jefe de los Kanpiang".

"Tienes que obedecer al rey Freen".

"A la Corona lo único que le interesa es evitar que Rebecca y Non se casen".

"Esa es la razón por la que había que enviarla al convento", señaló Noey, "¿Te ha dicho cómo se las arregló para salir del castillo?"

"No, pero lo averiguaré. Me inclino a pensar que existe una salida secreta".

*Por supuesto", exclamó Noey. "Así es como lo hizo. ¿Quieres que te ayude a buscarla?"

"No, yo la encontraré".

"¿Qué vas a hacer?, tal vez deberías enviarla a Londres y dejar que el rey decida su destino".

Freen torció el gesto, "Podría estar enviándola a la muerte. No quiero cargar con eso sobre mi conciencia".

"Maldita sea, Freen, tiene que haber algo que puedas hacer", suspiró, "Yo digo que la mandes al convento y dejes que las monjas se ocupen de ella. No pueden culparte de lo que haga una vez que hayas cumplido con las órdenes del rey".

"Si que podrían culparme Noey. Se supone que tengo que evitar una boda. Si se celebra ese matrimonio, me arriesgo a perder mis tierras y mi título".

"Me alegro de no estar en tu pellejo, ¿Qué harás mientras tanto con ese problema andante?"

"Encerrarla en mi habitación, donde pueda vigilarla".

Noey alzó las cejas de golpe.

"No es lo que piensas Noey, aunque admito que la dama me resulta de lo más tentadora. Sin embargo, mi única preocupación es aislarla de aquellos que puedan sentirse inclinados a liberarla. He inspeccionado todos los cuartos de la fortaleza y el mío es el único decentemente amueblado aparte de los que hay en la sala de las mujeres".

Noey le lanzó una mirada escéptica, "¿Dónde dormirás tú?"

"No lo he decidido", respondió Freen.

"Buena suerte", dijo Noey levantándose.

Freen se quedó sentada con su cerveza hasta que la ropa húmeda le recordó que necesitaba desesperadamente un baño caliente y comida. Detuvo a una doncella que pasaba por el salón y le pidió que enviaran comida y una bañera a una de las habitaciones vacías, dándole además instrucciones relacionadas con las necesidades inmediatas de Becky.

Becky escuchó cómo giraba la llave en la cerradura y alzó la vista con gesto expectante. La puerta se abrió y entraron dos hombres cargando su baúl. Irin entró apresuradamente tras ellos llevando una bandeja con lo que Becky confiaba que fuera comida.

Becky se acurrucó dentro de la manta que llevaba puesta desde que había salido de la bañera, viendo cómo los hombres depositaban el baúl en el suelo y salían, dejándola a solas con Irin.

"He traído comida", dijo Irin colocando la bandeja en una mesa cercana.

"¿Has hablado con Lady Freen?", preguntó Becky mientras masticaba un trozo de queso. "¿Ha revelado cuáles son sus planes para mí?"

El sabor del deseo | Freenbecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora