9.

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Becky se escabulló antes de que Freen pudiera cambiar de opinión. Pasó dos horas muy entretenidas jugando con Song en su habitación. Luego metió a su hermana en la cama para que descansara y se dirigió a toda prisa al cuarto de su madre. Pohn seguía pálida, pero le dio la impresión de que estaba más fuerte. A la hora de la comida, Nana apareció con una bandeja llena de comida.

"Irin le ha llevado una bandeja a Song", dijo Nana, "La niña se lo ha comido todo y luego se ha dormido", sonrió a Becky. "La has agotado, muchacha, pero tu visita le ha hecho muy bien. Pronto estará recuperada y correteando por ahí como si nunca hubiera estado enferma".

"Becky, mi amor, ¿Te han dejado salir de la torre ya para siempre?", preguntó Pohn esperanzada. "Lady Freen es una buena mujer, sabía que se daría cuenta de lo absurdo que era tenerte encerrada".

"¿Lady Freen es una buena mujer?", se burló Becky. Podría contarle a su madre un par de cosas sobre la Caballera Demonio, pero no quería entristecerla.

"Si", reconoció Nana, "Becky es la única que logra sacarla de sus casillas", se rió. "Las dos son cabezotas como mulas".

Becky se enfadó, "¿Qué quieres decir con eso?"

"Averígualo tú misma, muchacha. Vamos, come. Lo he pasado fatal sacando la comida de la cocina sin que me la robara algún inglés hambriento".

Becky le dio un mordisco a un trozo de pan y lo masticó pensativa, "¿Qué está pasando Nana? Lady Freen me ha acusado de instigar una rebelión, ¿Dónde está todo el mundo?"

"Ah, bueno, no cocinarán para ningún siervo de la señora inglesa mientras te tenga encerrada en la torre".

Becky sonrió a su pesar. Aunque la situación era grave, nunca se había sentido tan orgullosa de los miembros de su clan, "¿No hay ningún cocinero entre los ingleses?"

"No, no tienen habilidades para la cocina. Ninguno puede preparar el cordero como Winifred, ni hornear el pan como Vera", aseguró alegre.

"Recuerda mis palabras, la Caballera Demonio cederá cuando el estómago le choque contra la espalda".

"Confío en que Nana tenga razón", dijo Pohn.

Pohn comenzó a adormilarse. Nana recogió los platos y se llevó la bandeja, dejando a Becky a solas con su madre dormida. Reacia a marcharse y volver a la torre, se quedó allí mientras ella dormía. No mucho tiempo atrás, Becky pensaba que iba a perderla, pero ahora su madre parecía estar recobrándose, ¿Habría producido Freen aquel milagro?

Sumida en sus pensamientos, Becky no escuchó que se abría la puerta. El susurro de un sonido le hizo girar bruscamente la cabeza. Miró hacia la cama y luego se puso de pie a toda prisa acercándose a Freen antes de que pudiera molestar a su madre dormida. Apretando los dientes, Freen le hizo un gesto impaciente con la mano y esperó a que ella se acercara.

"¿Qué quieres?", susurró Becky.

"Esto ya ha ido demasiado lejos. Mis hombres tienen hambre. Ordena a los miembros de tu clan que vuelvan al castillo".

Becky no pudo evitar la alegre nota de su tono de voz, "¿Estás negociando conmigo?

Freen la agarró del brazo y la sacó al pasillo, "No, yo no negocio. Te estoy diciendo lo que tienes que hacer, y espero que me obedezcas".

"¿Me vas a dejar salir de la torre?", la retó Becky.

"Eso depende. Necesito a los miembros de tu clan, y sólo tú puedes hacer que regresen. Júrame fidelidad y permitiré que vuelvas a ocupar tu antigua habitación y te muevas libremente por el castillo", entornó peligrosamente los ojos. "No te tomes esto como una invitación a escapar. No eres más que una mujer menuda. Existen formas de mantenerte dentro de la fortaleza y lejos de Kanpiang que no te gustarían".

El sabor del deseo | Freenbecky G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora