"Preferiría verte muerta antes que con otro hombre."
Annie Williams nunca imaginó verse implicada en una relación tóxica, ¡ella era muy inteligente como para eso! ¿Qué dirían sus padres?
Ni mucho menos con el futuro John Lennon de The Beatles. Anni...
"Se que nunca seré el mismo si no la recupero de nuevo. Porque se que ella siempre sera la única chica para mí"
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Creí que nada me haría sentir más nerviosa, pero al verlo sin decir nada me hacía sentir aún más nerviosa.
—¿Paul?—lo llamé y solté su mano para mostrarle el papel con los resultados de mi prueba de embarazo—Me lo hicieron ayer... estoy embarazada.
Tomó la hoja indeciso y la leyó lentamente. El suspenso me estaba matando. Me hacía sentir como si él estuviera a punto de sacarme a patadas y echarme a la calle diciendo que no me conocía.
Pero como si de un truco de magia se tratase, se levantó de la cama y me dio el abrazo más largo de toda la historia.
—¿Paul?—musité y escondió su rostro en mi cuello.
De repente sentí como la tela de mi suéter empezaba a mojarse y sollozos salieron de Paul. "Ay no, me debe estar odiando en este momento. Debe estar llorando de rabia" me lamenté en la mente.
Pero luego se separó de mi. Sus ojos estaban aguados y acarició mi mejilla con tanto cariño.
—Te amo, te amo, te amo—murmuró antes de darme un largo beso. Podía sentir lo dulce en aquel beso, lleno de amor y todo el cariño que pude pedir.
—¿Entonces no estás enojado?—pregunté confundida y él me admiró con aquellos ojos hazel que adoraba.
—¿Enojado? Claro que no, es la mejor noticia que me podrías haber dado—rió lleno de emoción y se puso en cuclillas frente a mi vientre.—Hola pequeño, soy papá. Y quiero que sepas que te quiero mucho.
Lo miré con amor y como por arte de magia, todos mis nervios y preocupaciones desaparecieron de mi.
Era perfecto, esto solo me demostraba que Paul McCartney era el hombre más amoroso que ha existido en toda la historia.
—¿Qué haremos, Paul? No puedo dejar la escuela, ni regresar a lo de mis padres. Ellos me matarán—expresé con miedo y el acarició mi cabello. El era como la base de una casa, me tranquilizaba y eso era lo que más agradecía.
—Encontraremos una forma, Annie. Siempre hay una forma.
Me quedé mirando al piso pensando en lo que Paul había dicho. Tenía razón, pero no tenía idea de que hacer.
—Dejaré la escuela y la banda—soltó y lo miré preocupada—Puedo buscar trabajo, y para cuando el pequeño nazca tendré suficiente experiencia. En la construcción del centro comercial están buscando a nuevos trabajadores, puedo intentar-
