𝐹𝐼𝑅𝐸, 𝐵𝐿𝑂𝑂𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝑅𝐴𝐻𝐸𝑅𝐴 | Aemond Targaryen

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Rhaenyra se encontraba descansando en sus aposentos cuando su hija llamo a la puerta.

—¿Me llamaste madre?— preguntó Rahera para saber de qué se trataba esto.

—Ven aquí mi pequeña—

Rhaenyra hizo un enorme esfuerzo para sentarse sobre la cama, el abultado vientre se volvía más pesado con los meses.

—¿Cómo estás pequeña?—

—Bien madre, estaba entrenando un poco con Aegon y Viserys—

—Y ¿Cómo está mi hermano?— pregunto por Aemond.

—Oh, el está bien. Esta con Ser. Christon ahora creo—

Nyra río un poco— Debí suponerlo. Pero no te mandé a llamar aquí por eso; esto sonara repentino pero han ocurrido ciertos acontecimientos en las últimas horas que me obligan a actuar de inmediato. Como sabes muchos conspiran en contra de nosotros, utilizan apodos denigrantes en contra de tus hermanos y cuestionan mi derecho al trono—

Eso era más que obvio, desde que el rey Viserys se había casado con Alicent Hightower y había nombrado a Rhaenyra su heredera todo había cambiado.

Muchos lores estaban inconformes con el nombramiento de una mujer por encima de un varón y claramente la reina Alicent deseaba ver a su hijo mayor; Aegon sentado en el trono.

—Eso lo sé madre, nadie desea ver a una mujer en el trono de hierro, pero pierde cuidado. Mientras padre y yo estemos aquí, cualquiera que se atreva a usurpar tu lugar será castigado—

Rhaenyra sonrió y soltó una risita por las palabras de su pequeña, le sorprendía como podía tener ese carácter tan parecido a Daemon a pesar de ser menor que sus hermanos y la única mujer.

—Muchas gracias mi niña, pero hoy quisiera encomendarte una misión muy importante—

Rahera ladeó la cabeza confundida— ¿De que se trata? —

—Tal parece que la reina y la mano tuvieron una reunión recientemente con Lord Vaemond. Se dice que se discutió el asunto de la sucesión de Driftmark y prometieron a Vaemond el título de señor de las mareas—

—Pero Driftmark es de Luce por derecho de nacimiento. ¿Cómo se atreve ese don nadie a reclamar Driftmark? —Rahera estaba confundida y una imagen cruzó su mente— ¿Aemond lo sabe?—

Rhaenyra mostró una evidente cara de incomodidad y la sonrisa de calma desapareció. —Me temo que si—

Un vuelco en el estómago de la princesa la hizo tambalear— Gracias por decirlo, continúa madre—

Cómo si fuera lo más común del mundo, Rahera respiro y pidió a su madre continuar. Más tarde tendría momento para pensar en Aemond.

—Ahora, mi tarea para ti es muy importante mi princesa —la futura reina se levantó de su cama y tomó las manos de su hija— Necesito que vueles a Drift Mark y hables con la princesa Rhaenys, la necesitamos de nuestro lado si queremos a Luce en la silla que por derecho es suya—

Rahera escuchó atentamente las palabras de su madre.
La princesa Rhaenys era una mujer extremadamente inteligente, leal a su casa y su familia pero sobre todo, era la que alguna vez pudo ser reina.

Rhaenyra sabía que si quería convencer a Rhaenys, tendría que mandar a alguien que hablara su mismo lenguaje y Rahera era la más indicada para ello.

En varias ocasiones Rahera y la princesa Rhaenys tuvieron algunos roces pero ambas eran más parecidas de lo que admitían.

—Eres mi futura reina; madre, tomaré tus órdenes y volaré a Driftmark hoy mismo—