𝐹𝐼𝑅𝐸, 𝐵𝐿𝑂𝑂𝐷 𝐴𝑁𝐷 𝑅𝐴𝐻𝐸𝑅𝐴 | Aemond Targaryen

🄰🅈🅄🄳🄰

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Rahera y sus tropas habían avanzado hasta el ojo de dioses, estaban a unos cuantos días más de Harrenhal.

Llevaba poco más de un mes reuniendo a su tropa: ocho mil guerreros dispuestos a dar la vida por la reina y la princesa dragón.

Durante este tiempo Rahera había sabido ganarse a estos hombres, cada hombre en el campamento respetaba a la chica y la veía como su igual, con el tiempo habían entendido que Rahera era mucho más que solo una princesa.

La chica había demostrado su gran capacidad para liderar y defender lo que es suyo, en todo su trayecto nunca se dejó intimidar por nadie y quién la retaba lo pagaba.

Todos comenzaron a apodarla, varios sobrenombres se le pusieron a la chica pero solo había aceptado uno.

-¡El día de hoy me siento orgullosa de todos ustedes, todos han acudido al llamado de mi madre y créanme que sabra recompenzarlos. Unos días más y estaremos en Harrenhal listos para marchar a la capital y derrocar al usurpador que se rige rey, pronto la legítima reina tomara su lugar y ustedes estarán a mi lado!-

Una ola de vítores comenzó a surgir alabando a la princesa.

-¡Pronto mataremos y acabaremos con todos esos traidores, solo entonces le daré honor al apodo que me ha sido otorgado. Cuando el día llegué entonces esos maricas conocerán a ¡RAHERA LA CRUEL!!-

La masa estalló en vítores "Rahera la cruel" gritaban al unísono.

En el fondo Rahera se sentía incómoda por el apodo, no quería que la gente la recordara como un segundo Maegor pero ¿Que le quedaba? La gente la tachaba de cruel y tal vez lo era un poquito pero solo con quién lo mereciera, ella no quería ser Rahera la cruel pero también sabía que la guerra no la ganaban los "amables", era momento de aceptar su apodo, tal vez después intentaría convencer a todos de que había más en ella que crueldad.

Ahora era momento de seguir avanzando, pronto se reuniria con su padre después de mucho tiempo, estaba emocionada.

Pero uno nunca sabe que pasará, los dioses trabajan de formas misteriosas y a veces les gustaba torcer los caminos para volverlos más entretenidos.

Un nuevo cuervo llegó antes de partir, llevaba el sello de su madre; algo dentro suyo presentía que eran malas noticias.

"𝑅𝑎ℎ𝑒𝑟𝑎.

𝐿𝑜𝑠 𝑣𝑒𝑟𝑑𝑒𝑠 ℎ𝑎𝑛 𝑎𝑡𝑎𝑐𝑎𝑑𝑜 𝑅𝑒𝑝𝑜𝑠𝑜 𝑑𝑒𝑙 𝐺𝑟𝑎𝑗𝑜, 𝑙𝑜𝑟𝑑 𝑆𝑡𝑎𝑢𝑡𝑜𝑛 𝑝𝑖𝑑𝑖𝑜 𝑛𝑢𝑒𝑠𝑡𝑟𝑎 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎 𝑦 𝑙𝑎 𝑝𝑟𝑖𝑛𝑐𝑒𝑠𝑎 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑠 𝑠𝑒 ℎ𝑎 𝑜𝑓𝑟𝑒𝑐𝑖𝑑𝑜 𝑎 𝑖𝑟.

𝑀𝑒 𝑡𝑒𝑚𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑙𝑎 𝑎𝑦𝑢𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑠 𝑛𝑜 𝑏𝑎𝑠𝑡𝑎𝑟𝑎, 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑠 𝑐𝑒𝑟𝑐𝑎 𝑑𝑒 𝐺𝑟𝑎𝑗𝑎𝑙, 𝑖𝑟𝑎𝑠 𝑎𝑙𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛 𝑣𝑎𝑟𝑖𝑜𝑠 ℎ𝑜𝑚𝑏𝑟𝑒𝑠 𝑦 𝑎𝑔𝑢𝑎𝑟𝑑𝑎𝑟𝑎𝑠 𝑙𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑠.

𝑅𝑒𝑖𝑛𝑎 𝑅ℎ𝑎𝑒𝑛𝑦𝑟𝑎."

Rahera comenzó a temblar pero no era miedo si no rabia, estaba tan cerca de Harrenhal y ahora se le pedía ir hasta Grajal a aguardar las órdenes de la princesa Rhaenys.

Rahera quería creer en su madre pero situaciones como está la hacían dudar de si Rhaenyra creía en ella.

-Llama a los lores, nos reunimos en mi tienda ahora- ordenó a Ivar quien salió corriendo.