diez

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Narra Tom:

Mis dedos dolían de tanta fuerza con la que toque esta noche en es escenario. Era nuestro ultimo show en Paris, y mi hermosa Rosella nos miraba por el camerino.

Hoy es su cumpleaños, ya tenia su regalo preparado que esta de mas decir que Bill me ayudo en cada detalle de este.

"-¡Oh, por fin Rosella será mi cuñada! ¡Estoy tan emocionado! - Hablo mi hermano mientras caminaba rápidamente por el centro comercial donde había venido anteriormente con mi hermosa chica. -¿Qué le regalaras, hermanito? - me agarro por el brazo, sonreí.

-Ya verás Bill, ya verás...- alce de arriba a bajo mis cejas, provocando una leve risa de su parte. Sabia perfectamente lo que le regalare, como se lo daré, y que le diré al entregárselo.

Por fin llegamos al dichoso Tiffany & Co, rogando internamente que ese maldito anillo se encontrara en la vidriera. Pasamos por las cabinas de fotos que Rosella prácticamente me había obligado a entrar, para tomarnos dos fotos. Una la conserva ella y otra la guardo en mi billetera. Siempre está conmigo.

-Es aquí Bill. - entre de inmediato y mi hermano me siguió el paso, deslumbrado por los preciosos diamantes de ese delicado negocio, justo como ella. Precioso y delicado.

-Buenas tardes, jóvenes. - una amable chica se acerco a atendernos. - Díganme, ¿que los trae por aquí? - pregunto acomodando su elegante saco negro.

-Podrías mostrarme el anillo que esta en la vidriera. - señale.

-¿El dorado? - negué casi con desespero con mi cabeza.

-¡No! ¡Tiene que ser dorado rosa! ¿U oro rosa? - comencé a entrar en pánico. - ¡Mierda Bill, ayúdame! -

Mi hermano estaba viendo los preciosos colgantes de diamantes, embobado. Mierda.

Vi como la chica rio levemente, molestándome.

-Tranquilo joven, se a cuál se refiere. - con suma delicadeza logro sacar un anillo. Camino hacia la parte de la caja. - Acompáñeme. - hice caso sin querer tocar más nada de ese lugar, solo venia por una sola cosa.

Y ahí estaba, el precioso anillo que había echo que a mi preciosa Rosella se le llenen los ojos de brillo al verlo. Sonreí recordándola, mi bonita Ro...

La chica me tendió el pequeño diamante para que lo observara mejor.

-Bill, trae tu pálido culo hasta aquí. Mira esta belleza. - Vi como la mujer del local se sonrojo, a lo que respondí con una mueca de incomodidad.

-Oh, Tom...- mi hermano me tomo por los hombros. - Es perfecto para ella...-

-Lo se. - sonreí imaginándola llevar ese anillo de compromiso que planeaba regalarle. -Quiero este, para regalo por favor. - comencé a buscar mi billetera.

La chica asintió con la cabeza y comenzó a envolverlo, hizo un gran nudo con una cinta de satén color blanco, que hacia que la preciosa caja resaltara más su color.

Una vez listo, lo coloco en una bolsa y prosiguió con el cobro.

Mientras sacaba mi tarjeta de débito, pude ver la hermosa foto de ella que traía ahí, jodida loca. Me traes muerto, arrastrándome por ti desde el primer día que te vi.

Ya todo listo, salimos del local. ¿Quién lo diría? Me encontraba cargando un anillo de compromiso, para regalarle a una mocosa caprichosa, quien estoy convencido que es el amor de mi vida."

𝗕𝗨𝗥𝗟𝗘𝗦𝗤𝗨𝗘 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora