veintisiete

11.5K 635 701
                                    

-Paso algo... - note como su voz se entrecortaba. Al igual que la llamada.

Tom había bajado una de las ventanas de la ban, haciendo que los gritos de afuera compliquen aun mas escuchar a Theo. -

-¡¿Theo?!­ - Tape mi oreja izquierda. -¡Tom, sube la jodida ventana! - comencé a desesperarme.

-Déjame. - sonrió mientras saludaba hacia las fans. Sabia que su acto era apropósito.

Dyonne, el burlesque! - pude escuchar. -¡Rosella! -

-¡¡Carajo, que subas la puta ventana!! - bruscamente, me moví logrando cerrar esta última. Volví a tomar mi teléfono. -¿Theo? - había colgado. -¡Carajo, por que no puedes respetarme cuando estoy en llamada! - hable exaltada, haciendo que los cuatro chicos me miren atentamente.

-Cálmate. - bufo Tom.

-¡No, no me calmo nada! ¡Se más empático con mi trabajo, joder! - trataba torpemente de comunicarme con Samantha, nadie atendió. -¡Mierda! -

-De seguro solo quieren molestar. - Respire hondo, necesitaba contar hasta tres. -Nosotros somos más importantes, además que se jodan, estas de vacaciones. - ahora necesitaba contar hasta diez. - En realidad, somos mas importantes que ese lugar. Yo soy más importante. - ¡Al carajo!

Me voltee a verlo de la peor manera, haciendo que el haga una mueca, sabía que la había cagado.

-¡¡Tal vez si tuvieras un jodido trabajo que te apasionara al igual que yo, entendieras de lo que hablo!! ¡¡Pero no lo tienes, así que deja de actuar como si supieras de lo que hablo!! - Dije sin pensar.

-¿Ah, crees que lo que hago no me apasiona? - pregunto amenazante. - Que idiota eres a veces, Rosella.

-¡Si, si lo creo! - Estaba nerviosa y muy estresada, necesitaba hablar con Theo. -¡Vuelves a llamarme idiota y juro que te desfigurare el rostro! -

-Claro, estoy seguro de que sabes defenderte muy bien. - Hablo con ironía. Quede fría. -¡Oh, no me refiero a...! -

-Cierra la boca. - hablo Bill. -Tu de verdad no aprendes más. - suspiro. - En realidad, ninguno de los dos lo hace...

-¡Que hermoso día soleado! - Georg sonrío. -¿Verdad Gus? - Gustav yacía mirándome fijamente.

-Oh, sí, claro... - respondió a su amigo quien le había dado un leve codazo.

Baje mi mirada, sin dolor, simplemente la baje. Hare oídos sordos, como siempre. Como lo hice hoy, como lo hice en la playa, como lo hago siempre con él. De lo que Tom expresaba, solo le podía creer un ¿Cuatro? O cinco por ciento, sincerándome con mis lectores. ¿Por qué? Por cosas como estas, se que me quiere. Pero se que no le gusta lo que hago, muy en el fondo simplemente lo se. Le arde que le pregunten por mi y se refieran a mi trabajo como una bailarina de club nocturno o bailarina prepago. Odiaba que se expresen así de mí, y también que lo vinculen de esa manera conmigo. Siendo como una más del montón.

Esto será difícil, muy difícil... Difícil como el camino hacia el hotel. Georg trataba de animar el viaje, pero fue imposible.

Esperé a que Bill bajara una vez en el lugar de destino, una vez el abajo, me dispuse a salir. Alguien me tomo de la mano. No voltee. Simplemente no pude.

-Suéltame. - hable aun sin mirar.

-Ro... -

-¡Que me dejes! - logre susurrar para después soltarme de tal manera, que el diamante de mi anillo raspo su piel. Que irónico como su demostración de amor le daño la palma de su mano. En realidad, así siempre fue nuestra historia de amor...

𝗕𝗨𝗥𝗟𝗘𝗦𝗤𝗨𝗘 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora