treinta y seis

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Agosto.

Rosella sentía como su corazón se rompía al ver el avión despegar. Se sentía mal física y mentalmente.

Comenzó a marearse, tornándose pálida. Todo daba vueltas.

Athan se percato de eso y la tomo de la cintura antes de que ella callera.

-¿Señorita? - Ella inhalaba y exhalaba con los ojos cerrados. -¿¡La llevo al hospital?! - Rosella negó con la cabeza, solo era otro ataque de pánico. -¿Segura?

-Si...- Lentamente el la soltó, ella volteo a su dirección y no pudo contener el vómito.

Athan llevo una de sus manos hacia su nariz, sus lágrimas contenían lagrimas producto de las arcadas que le generaba ver el líquido que ella había expulsado en su torso.

-¡Joder! - Rosella reía, avergonzada. -¡Discúlpame! - Athan cerro los ojos con fuerza, asintiendo con la cabeza. -¡Te lo limpiare! - Ella tomo de su bolso unas toallas húmedas, limpiándose la boca. Luego prosiguió a limpiarlo a él. Quien aún contenía los ojos cerrados. - De verdad, disculpa. - Ella reía arrugando su nariz.

-Esta bien. - dijo casi sin voz. Rosella aún seguía riendo, por lo que hizo que Athan ladee una sonrisa. -Vámonos, luego me encargo de lavar. - Ella asintió con su cabeza y ambos se dirigieron a la camioneta negra que estaba afuera.

El viaje se encontraba en un incomodo silencio, Rosella jugaba con el anillo que Tom le había regalado. Extrañándolo y tan solo habían pasado unas horas de su despedida.

-Athan. - Ella habló, volteando a ver al piloto.

-Dígame.

-Quiero ir por comida. - Ella ordeno.

-¿A dónde quiere ir? - Rosella alzo los hombros.

-A cualquier logar de comida rápida. - Athan asintió con la cabeza, cumpliéndole el capricho a Rosella. - Pidamos para llevar. - El asintió nuevamente.

Finalmente, la fila del lugar de comida rápida avanzaba, Athan veía como Rosella veía el menú. Hasta que llego su turno.

-¡Bienvenidos a McDonald's! ¿En que puedo ayudarlos? - La empleada hablo.

-Gracias. - Rosella hablo. - Te pido por favor una hamburguesa, grande. - Aclaro. - Con papas grandes también, y una malteada de chocolate. - Athan la miro extrañado, ella se había acercado levemente a su lugar para que la chica pueda oírla. -¿Tu quieres algo? - El negó con la cabeza. -Oh, vamos. - El volvió a negar. - Que sean dos hamburguesas, y aros de cebolla también. - Ella sonrió. Athan quería reír, ella le agradaba mucho.

-¡Bien, adelántense para recibir y pagar su orden! - Athan subió la ventanilla y avanzaron lentamente.

-Gracias. - El hablo sin mirarla.

-No es nada. Es lo menos que puedo hacer por mi caótico vomito. - Ella carcajeo, buscando efectivo. El volteo para verla, sonriendo. Pensando en la suerte que tenía Tom. Un amable bocinazo hizo que avanzara, nuevamente bajo la ventanilla. Viendo la cantidad exagerada de comida que ella había pedido.

Pagaron y mientras el conducía, ella acomodaba todo dentro del automóvil.

-Estaciona, Athan. - Le ordeno mientras comía papas. - ¿Te crees que comerías y manejarías? - Rio, y el siguió su indicación. La verdad, Athan estaba cagado de hambre.

Ambos comenzaron a comer, pero él noto algo extraño...

-¿Puedo hacerle una pregunta? - Rosella volteo a verlo algo extrañada, bebiendo su malteada. -Pero no quiero que se la tome a mal. - Ella negó. Dejando la bebida en el portavasos.

𝗕𝗨𝗥𝗟𝗘𝗦𝗤𝗨𝗘 | 𝒕𝒐𝒎 𝒌𝒂𝒖𝒍𝒊𝒕𝒛.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora