Capitulo 26

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Sus ojos eran penetrantes en los mios, queriendo llegar mucho mas lejos de lo que podía llegar a pensar. Uno de sus brazos, rodeo mi cintura para apegarme mas a él y así que nuestros labios quedaran a milimetros de juntarse.

- No soy el único que lo siento, se que vos tambien.

- ¿Eh? - Arquee una ceja e intente sobre saltar por la pregunta.

- Vamos, Yerik - Dijo con una voz algo serena - Yo no soy estupido - su mano desocupada la llevó a mi pecho, justo donde estaba mi corazón, el cual latía a mil cuando el se acercaba a mí - Eso lo dice todo.

- no quiere decir que sienta lo mismo que vos - Dije desafiante.

- No soy ningún inutil. Eso no te lo hace sentir nadie - me aferro mas a el, llevandome a la tentación de querer besarle los labios de una vez por todas - cosquilleo en el estómago, sonrisa idiota en el rostro, latir inoportuno del corazón, enrojecimiento de mejillas y ridículas ganas de verme el rostro a cada instante de cada día y de querer besarme.

- ¿Quién te dijo que sentía eso? 

- Tus actos lo hacen - hizo una sonrisa sarcastica y bufé.

- No me pasan esas cosas cuando estoy con vos - Acarició mi nariz con la suya de forma suave, haciendo que me estremeciera un poco.

- ¿Por qué negas un sentimiento?

- No lo niego - me miro de forma obvia.

- Lo estas negando, Yer. ¿Acaso no te estremeciste recién?

- Fue solo un escalofrío - Me excusé. Rió de nuevo y acaricio mi brazo con la yema de sus dedos, para hacer que me estremeciera de nuevo - ¡Ya listo! No lo hagas mas.

- Hasta que no aceptes tus sentimientos, voy a seguir haciendolo - Sentimos como alguien se acercaba a nosotros. El, rapidamente, se tiro sobre un sillón de un cuerpo y yo me acuclille a su lado, haciendo como si le intentaba dar un poco de aire.

- ¿Está todo bien? - Matt se asomó a ver lo que pasaba.

- Si, solo es que... - Me levanté - Está un poco mal. No se siente del todo bien, así que lo voy a llevar a que lo vea a algun medico - El asintió.

- ¿No necesitas que te acompañe? 

- No, no te preocupes - Respondí con una sonrisa, logrando que el desapareciera. La mano de Tom me tomó la muñeca de forma fugaz, e hizo que me sentara encima de sus piernas.

- ¿Quiere ser mi doctora por un día? - Dijo algo picaro, a lo cual reí. 

- Idiota. 

- Este idiota te puede - apoyo sus labios en mi cuello y comenzó a besarlo suavemente. Su mano empezaba a subir por mi pierna, despacio la acariciaba.

- Tom, acá no - dije y me levanté de un salto. 

- Lo siento, señorita - Me tomó de la mano y caminamos por un pasillo largo que nos llevaba a la salida del lugar. 

XXX

-¡Si supieras entender el concepto de "LA ODIO" te la dejaría pasar, pero esta vez no Nathan! - Los gritos de Florencia, provenientes del pasillo, me despertaron a la mañana siguiente. 

-¿Que hora es? - Le pregunté con un tono adormecido a Tom, mientras despegaba la cabeza de su pecho para poder mirarlo. Abrió un solo ojo y miró el reloj.

-Las diez de la mañana - volvió su mirada a mi y sonrío - ¡Buen dia linda! - dijo algo alegre y me besó el cabello.

-Buen día - Hice una media sonrisa y me levante en busqueda de algo para ponerme. Unos golpes en la puerta interrumpieron mi busqueda. Giré para mirar a Tom rapidamente y se había cambiado de cama de forma fugaz - Eso fue rapido - dije indiferente. Una remera de minnie cubría mi torso, las sabanas envolvian parte de mi cintura para abajo y me dirigí a la puerta para abrir.

Amigos Con Derechos: Donde todo comienza (en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora