Jennie tenía que soportar el leve ardor en su pómulo mientras su consejera se apresuraba en ocultar esa herida con maquillaje. Rosé tenía que reprimir su molestia y no regañarla ya que era la princesa, pero solo con ver su expresión, Jennie podía suponer sus palabras.
_Adelante, solo dime lo que quieras decirme - se mantenía quieta - no me enojaré.
_No estoy en la posición de contradecir sus órdenes o criticar sus acciones, princesa - respondió seriamente, mientras daba los últimos toques - usted es una adulta, sabe lo que es correcto o no.
_Aveces lo correcto depende de la perspectiva, ¿No crees?
_Entonces princesa, si no es mucho atrevimiento, ¿Podría decirme qué de correcto había en arriesgar su vida por una pordiosera?
_En que le salvé la vida - sonrió levemente - si yo no hubiera ido tras ella, ese ladrón pudo matarla.
_Para empezar, si no hubiera dejado el dinero en el suelo, nada de eso hubiera pasado - Jennie se mantuvo en silencio - y perdone, pero no me es comparable la vida de la futura reina con la de una simple mujer sin familia y de la calle. Si aquella mujer muriese, no le afectaría a nadie. En cambio usted, si le hubiera pasado algo, no solo afectaría a su familia y al reino, también afectaría todas las alianzas, comercio y la economía. Debe ser consiente de sus acciones la próxima vez, princesa - terminó con voz dura y mirada demandante.
Jennie no respondió, solo le mantenía la mirada. Rosé tenía razón, por más cruel que eso le pareciera.
_Entiendo...- respondió con la voz apagada.
_Debe dirigirse a la sala principal ahora, los príncipes han llegado hace minutos y están esperando su presencia.
Jennie suspiró, era momento de decidir.
***
En medio del río, en el camino del gran bosque, Lisa se tallaba el cuerpo con unas hojas que producían espuma. Tenía puesto unas ligeras y delgadas prendas mientras el resto estaban a un borde del río. Pan rascaba con sus patas la ropa que era sostenida por unas ramas mientras el agua hacía su trabajo.
_La vergüenza que pasamos, Pan - Lisa tallaba sus piernas - no debí de ser grosera, pero no sabía que era la princesa. Por suerte lo dejó pasar - metió su cabeza al río, comenzando a rascarse rápidamente, hasta que volvió a salir, jadeante - pero si nos la volvemos a encontrar, nos va a ver bien presentable - Pan asintió en un chillido.
El roedor se subió a una pequeña roca y estiró una de sus patas traseras al agua, cambiando a la otra en segundos, así sucesivamente.
***
Jennie veía incómoda a todos esos pretendientes, trataba de sonreír para no parecer desagradable pero simplemente la idea no terminaba de agradarle. Tampoco esperaba que díez reyes vinieran a presentarles a sus hijos, haciendo así un total de treinta y cinco príncipes que estaban formados frente a ella.
_Princesa...- Rosé murmuró de pie a su lado - debe decir algo.
_¿Cuál será su manera de elegir, princesa? - preguntó uno de los reyes.
_Yo...- veía a cada uno, ninguno llegaba a gustarle al menos un poco - haré unas preguntas y condiciones. Luego, los cuatro que queden, tendrá una cita conmigo - pronunció forzando una sonrisa.
_¡Los príncipes que no correspondan a la condición hecha por la princesa, podrán retirarse o en todo caso, si así lo desean, quedarse para el festín. Desde ya, se le agradece su agradable presencia! - informó Rosé.
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La Princesa y...¿Lisa?
FanfictionCuando la reina enfermó, Jennie Kim tiene la obligación de buscar un prometido inmediatamente. Entre tantos pretendientes, decide escoger a quien su reino menos esperaba, a la vagabunda del pueblo. NO ES G!P