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Rosé había llegado finalmente al palacio. Ingresaba en total silencio y al ver que no había nadie en la gran sala, se apresuró a correr escaleras arriba para ir a su habitación a cambiarse, pero al llegar al final, sus pies frenaron en seco al ver a Jennie frente a ella.

_¿Dónde estabas? - preguntó con voz severa.

_Yo...- se enderezó en su lugar, nerviosa. Lady también se escondió detrás de su nuca - tuve un pequeño accidente, princesa. Lamento mi tardanza.

_¿Qué pasó con tu ropa? - la vió extrañada.

_Como dije, tuve un pequeño accidente...yo, caí sobre el excremento de una vaca...- pronunció por lo bajo, avergonzada - lo siento.

Jennie hizo un gesto de desagrado. Asintió a sus disculpas e hizo un gesto para que se retire.

_Ve a cambiarte, las enseñanzas a Lisa será mañana.

_Sí, princesa - siguió su camino.

***

Lisa aprovechaba el tiempo libre en conocer un poco el palacio. Aún faltaba una hora para que el profesor de baile llegue y junto a su amigo Pan, veían curiosos todas las habitaciones.

Incluso quedaron maravillados por la cocina, era inmensa y con mucha comida por doquier. Llegó a la biblioteca, cientos de libros llenaban la habitación. Tomó uno y lo abrió, Pan también se asomó para verlo. Ambos se miraron entre sí y Lisa cerró el libro lentamente, nerviosa. Era un libro erótico. ¿De todos los libros, tuvo que tomar justamente ese?

Llegaron a un gran salón y vieron los grandes cuadros colocados en las paredes. Habían estatuas pequeñas pero hermosas, de varios animales. Seguramente eran las antiguas mascotas o simplemente decoración.

Lisa observó un cuadro en especial, notó a los reyes allí, cargando a una pequeña en brazos. En el siguiente cuadro, la pequeña estaba más grande, podría decirse de unos cinco años, Lisa lo supo entonces, esa pequeña era Jennie.

_¿Te imaginas un cuadro de tí en este salón? - pronunció Lisa mientras reía, Pan se mostró pensativo, la idea le gustó y asintió sonriendo - ni creas, Pan. Estos cuadros solo son para la familia real. Lo de la princesa y yo solo es un acuerdo para que ella gobierne.

Cuando dejaron ese salón, decidieron subir a un piso dónde hasta el momento, no habían pisado desde su llegada al palacio. Era el quinto piso.

Lisa se cruzó con varios soldados y saludó aún un poco incómoda, las miradas no se alejaban de ella. Llegó a una puerta dónde dos guardias la resguardaban y eso le llamó la curiosidad.

_¿Puedo...pasar? - preguntó con duda. Sin esperar, los guardias le hicieron paso, era la prometida de la princesa y debían obedecer - gracias.

Lisa se asomó tras la puerta, mirando curiosa. La habitación era muy hermosa y elegante. Su vista recorría todo el cuarto, cuando se mostró nerviosa al cruzar miradas con una mujer que estaba sentada sobre su cama, mirándola con confusión.

_Disculpe - intentó retirarse.

_Detente - ordenó. Lisa tragó nerviosa, había reconocido aquel rostro, era la reina - ¿Quién eres?

_Yo...

_Entra, no estés detrás de la puerta - pidió.

La Princesa y...¿Lisa? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora