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Los días pasaban sin alguna noticia para Jennie. Los cinco días habían sido ansiosos, no sabía si estaban ganando o perdiendo, no había llegado ningún mensajero. Pero por precaución, el reino ya estaba listo para defenderse y atacar ante cualquier sorpresa.

En los pueblos lejanos, lamentablemente, el ejército estaba siendo derrotado. Cada hombre caía ante la inmensa cantidad de flechas que caían de los cielos. La tierra había sido camuflada, haciendo que cayeran a agujeros en donde filosos metales los esperaban para su muerte.

A pesar de ir perdiendo, los últimos hombres peleaban hasta que el aire se escape de sus pulmones. Tenían familiares que los esperaban, y una de sus razones para seguir luchando, era que el enemigo no llegue a ellos.

El soldado más joven logró cortar el cuello a su adversario, giró agitado para buscar al siguiente, cuando su compañero y mejor amigo cayó muerto a sus pies. Asustado, levantó la mirada lentamente, viendo al rey que se acercaba a pasos tranquilos a él, en su mano sostenía su espada dorada, echa especialmente para él.

El joven soldado vió entre lágrimas a su al rededor, todos sus amigos estaban muertos, no quedaba nadie más, solo él. Sus lágrimas cayeron, resignado. Dejó caer su espalda al suelo, llevó sus manos a su casco y se lo quitó, dejando ver su cabello pelinegro.

Entre temblores, bajó la mirada y fue arrodillándose lentamente. El rey sonrió con burla, viendo al cobarde muchacho frente a él. Pero el rápido movimiento del joven de quince años, dejó sorprendidos a todos. El grito del rey por la cuchilla clavada en su pierna, el único corto lugar desprotegido, alertó a sus soldado, pero ellos no pudieron hacer nada, el rey había cortado el cuello del muchacho en un grito de enfado.

El joven soldado cayó agonizando al lado de su mejor amigo, muriendo en cuestión de segundos.

***

En casa de Iu, ella y Moonbyul habían salido a entrenar en su campo. Solar las miraba a ambas desde la ventana. Moonbyul no dejaba de reír junto a esa campesina ante cada caiga. La ex princesa le enseñaba a pelear en caso tendría que hacerlo, pero parecía más un juego divertido para ellas.

Pero aquella risa risueña de Moon, hacía pensar a Solar si había hecho lo correcto en mentirle a Jennie. No le dijo sobre las trampas, le dió malas hubicaciones y mintió sobre la cantidad de soldados. Los guió perfectamente a una trampa planeado por el mismo rey, quien confió en la lealtad de su mejor guerrera.

_Llegan hoy...- murmuró Solar, sintió el sentimiento de culpa - en cualquier momento.

***

Al anochecer, Jennie se encontraba caminando por el gran jardín del palacio. Se veía pensativa, cuando oyó la voz de Rosé cerca de ella.

_Jennie - aún le costaba llamarla por su nombre. La castaña veía en sus manos un manta - debe abrigarse, es de madrugada.

_Gracias...- Rosé la ayudó a ponerse el abrigo - ¿Has recibido alguna noticia?

_No...- se detuvo frente a ella - si tengo que ser honesta, eso no es una buena señal.

Jennie asintió, sintiéndose culpable.

_Algo hice mal - pronunció con frustración - tomé malas decisiones, estoy haciendo mal todo - mantuvo silencio al sentir el tacto de Rosé en su mano otra vez.

_Yo prefiero seguir confiando - respondió Rosé - confiaré en cada palabra que diga. Si mi vida, es una de las tantas muertes que deben ocurrir para que usted gane, para que este reino gane, la daré con orgullo.

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⏰ Última actualización: Sep 18 ⏰

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