Capitulo Siete: La reportera y Static.

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El día del Big Bang fue uno que quedo grabado en la historia de la ciudad de Dakota para siempre, una explosión de químicos en los puertos de la ciudad durante una pelea entre pandillas rivales de la zona resulto en la muerte de docenas de jóvenes, y quienes sobrevivieron a la exposición se transformaron en metahumanos con distintas habilidades. Durante las semanas siguientes el caos reino en Dakota, estos jóvenes metahumanos usaban sus poderes ya sea para cometer crímenes o para pelear entre ellos al seguir fieles a sus pandillas, solo uno de ellos se alzó entre ellos para hacer el bien, un joven que se vio involuntariamente involucrado en ese incidente, Virgil Hawkings, mejor conocido como por la gente de la ciudad como Static. Pese a sus esfuerzos la cantidad de violencia y caos en la ciudad fue demasiada para él solo, sin embargo, eso cambio cuando el primer escuadrón del Batallón de la Justicia finalmente llego a Dakota a controlar la situación.

Tras dos días de intenso combate en las calles de la ciudad, el orden fue reestablecido, la mayoría de los jóvenes metahumanos fueron puestos en prisiones de alta seguridad, algunos desgraciadamente murieron, y otros decidieron buscar redención uniéndose al Batallón, solo uno recibió una invitación abierta como tal, el día que Shazam le extendió una mano a Virgil con una sonrisa en su rostro fue uno de los mejores días en su vida.

El cuarto de Virgil era igual al del resto de los miembros del Batallón, la ventaja que tenía era que al ser líder del segundo escuadrón tenía la habitación para él solo, incluyendo esta un pequeño baño como las de los demás. Su habitación estaba algo desordenada, habiendo algo de ropa y revistas tiradas en el suelo, estando su traje colgado de la silla de su escritorio donde había estado hasta tarde trabajando en su computadora holográfica, así como en otras mejoras para su traje. Por su parte él seguía tirado encima de su cama, llevando solo sus pantalones de pijama puestos mientras su reloj despertador sonaba sin parar.

- ok...ya desperté...estoy despierto... - decía de mala gana apagando su despertador, mirando también las fotos de su familia en su mesa de noche, una era de su padre, su hermana mayor y él cuando era niño, la otra era de su madre, que falleció cuando era pequeño durante unos disturbios, él tomo esta última foto mirándola con una sonrisa, siempre quizá ayudar a la gente tal y como su madre lo hacía, sin embargo los eventos de las últimas semanas le hacían reflexionar si realmente lo estaba haciendo, volviendo a la realidad cuando escucho a alguien tocar su puerta. - ¡ya voy! - con algo de esfuerzo se levantó de la cama y fue caminando hacia su puerta rascándose tras la cabeza, al abrir se dio cuenta que era Raven quien tocaba a su puerta.

- ¿es un mal momento...? - le pregunto ella mirándolo de arriba hacia abajo.

- claro que no – él se rio algo incómodamente al solo llevar su pantalón puesto. - ¿sucede algo? - Raven entonces poso un libro sobre su pecho tomándolo algo por sorpresa.

- el libro que me prestaste...lo termine... -

- ¿tan rápido? - preguntó Virgil algo confundido al habérselo prestado hace solo unos días atrás.

- era interesante... - fue la única respuesta que recibió de ella.

- la verdad no esperaba que te gustaran este tipo de libros – dijo entre medio de risas incomodas.

- entonces...te veré luego... - antes de que Raven pudiera irse, Virgil le tomo una mano suavemente, sobresaltándola y sonrojándose un poco.

- no tan rápido, ya que estas aquí... - él con cuidado la metió a su cuarto, cerrando la puerta detrás de él y poniéndola algo nerviosa.

- V...Virgil...no creo que sea el momento... - decía Raven nerviosa y apenada, más cuando él le acariciaba suavemente el rostro y la miraba amorosamente.

Hija de SupermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora