Capítulo15: El triángulo amoroso.

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Évinson se sienta al lado de Sarahy, y se pone a hablar con ella. - Hola. - Y la ve de frente con una sonrisa.

Sarahy le sonríe y mueve la mano derecha en señal de saludo mientras le dice:- ¡Holaaa!- Y sigue moviendo la mano.

Évinson:- Te quedaste pegada.

Y Sarahy se detiene:- ¡Qué lindo yeso!- Y la conversación comienza a fluir.

Évinson:- Tú también eres linda.- Y le sigue sonriendo.

Sarahy se sonroja:- ¿De veras?

Évinson:- Tienes una sonrisa hermosa.

Sarahy:- Ay gracias. Y tú tienes... Un brazo enyesado.- Y los dos se ríen.- ¿Me dejas rayarlo?

Évinson:- Claro, no pasa nada.

Poco a poco se van empezando a sentir muy cómodos y seguros del uno y del otro.

Sarahy:- ¿No se enojará tu madre?

Évinson cambia de repente su semblante, y se pone más serio.

Sarahy se extraña por esa expresión:- ¿Y qué pasa?

Évinson:- Mi madre está muerta.

Sarahy se sorprende al escuchar eso:- Dios mío, perdón por hablar así tan atrevidamente.

Evinson:- Mi madre falleció hace un tiempo.

Sarahy:- Lo lamento mucho.

Y lo abraza para consolarlo.

Henryel observa de lejos y no le agrada la idea de que Sarahy esté hablando con ese sujeto.

Adolfo permanece en su escritorio cerrando un cuaderno y sellándolo con un mini candado, cuando de repente comienza a escuchar unos zumbidos de abeja.

¡¿Quién está ahí?!

Y de pronto escucha que lanzan un objeto y se esparce un gas lacrimógeno por toda la oficina, y Adolfo cae al suelo ahogándose con el humo.

Carmen le cacheteea el rostro haciendo que Adolfo recapacite, y le pregunta:- ¿Qué le pasó esta vez?

Adolfo se levanta y se da cuenta que nunca hubo gases lacrimógenos, ni abejas sonando. - ¡Esta vez fue más real!

Carmen:- Recuerde no tener pensamientos negativos. ¡Eso lo pone peor!

Adolfo:- Todos tenemos pensamientos negativos. ¡Y no todos se deterioran como yo!

Carmen:- Todos estamos amenazados con morir quemados.

Julia Varela hace un llamado a todos los delegados para que vayan al salón de conferecias, y todos proceden a ir, pero se da cuenta que Dubraska no está en ningún lugar.

Sale del salón y la encuentra sola entre las mesas.

Julia:- ¿Por qué no entra al salón si estoy convocando a todos los estudiantes?

Dubraska le responde en seco:- ¡Púdrete!

Julia se sorprende al escuchar eso:- ¿Cómo le hablas así a una profesora?

Dubraska le escupe a la cara.

Julia le da una fuerte cachetada.

Dubraska toma su cabeza y la golpea contra la mesa, y Julia queda turuleca de pie, pero aparece Amelia quien se lleva a Julia al médico, asustada por lo que acaba de ver lo que hizo Dubraska.

En el camino, Amelia escucha a Julia decirle:- ¡Esa chica deberían matarla; es peligrosa!

Amelia:- Julia, cálmate.

Julia:- No debieron traerla aquí; todos estamos bajo amenaza.

Amelia:- Los profesores no tenemos voz ni voto en este lugar. ¡Si los estudiantes nos quieran matar...!

Julia:- Sólo uno nos va a matar.

Dubraska recapacita y se pregunta:- ¿Pero qué me pasa? ¿Por qué no me controlo?

Y recuerda ese pasado cuando sus padres trajeron a Xander a su casa.

Axel:- Siéntete cómodo, Xander.

Y Xander deja su bolso en el mueble.

Dubraska de repente empieza a sentir celos, y le baja el bolso al suelo.- Vas a ensuciar los muebles.

Axel se sorprende y le exclama:- ¡Dubraska, sé más cortés con el invitado!

Cuando Dubraska observa que Xander tiene una mirada a como si estuviera desorientado, se compadece y dice:- Perdón, no sé que me pasó.

Axel:- Aprende a controlar tus emociones. Sinó, la gente te verá como un peligro.- Y luego se va un rato al sótano.

Dubraska y Xander se vuelven a mirar a los ojos, y sienten una conexión. Ella se atreve a decirle:- ¿Conoces el videojuego de Merce Stars?

Xander expresa entusiasmo:- Nunca lo he podido jugar.

Dubraska se acerca al televisor y le dice:- Podemos jugarlo y te enseño.

Mientras Dubraska recuerda ese momento, se da cuenta que siempre ha tenido desde pequeña esos malos sentimientos, sin ninguna justificación. Pero en su mente dice:- Tengo que pedirle perdón a la profesora.

Amelia entra al salón a donde estaban los delegados, donde hay mucho ruido, y todo debido a que Yerwin tiene a Ramón agarrado y simulando a como si lo estuviese violando.

Yerwin se detiene luego de ver a la profesora en la puerta, y todos permanecen en silencio.

Amelia:- Jóvenes, la reunión se cancela. ¡La profesora Julia no puede estar disponible en estos momentos!

Nadie hace ningún tipo de ruido, y salen del salón calmadamente.

Sólo Abraham se atreve a decirle a Danilo:- ¿Te has dado cuenta que ya no hay penitencias?

Henryel se le acerca a Évinson:- Hola, ¿eres amigo de Sarahy?

Évinson:- Apenas nos estamos empezando a conocer.

Henryel se acomoda las gafas y le dice:- Mantén la distancia con ella; no creo que quieras otro brazo roto.

Évinson expresa el miedo en su rostro y le dice:- Con ella no pasa nada; no te alarmes.

Henryel:- Si pasa algo; sólo que no lo quieres admitir.

Al final él se va, dejando a Évinson sin palabras.

La chica del peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora