Capítulo24: Servicio comunitario.

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Dubraska se levanta a las 3 de la mañana para ir al baño. No hay guardia, ni hay vigilancia. Pero tiene la sospecha de que Arioch se puede aparecer en cualquier momento.

Luego de que sale del baño, observa la camioneta del alcalde llegando, escoltado por Evan, y llevándolo a la oficina de Adolfo.

Dubraska se acerca sigilosamente para averiguar de qué se trata el asunto.

Y observa por una ventana cómo se miran los rostros, y escucha la conversación tensa que comienza.

Adolfo: - Alcalde; vaya hora para llegar.

Édinson: - Creo que después de que un lunes al atardecer, protestara una cantidad de gente alrededor de la alcaldía, es de esperarse de que a veces salga con esta sorpresa.

Adolfo:- Entonces, ¿Ya tiene el castigo preparado para la universidad por la vergüenza que le hizo pasar Evan?

Édinson: - Sí; un servicio comunitario no le iría tan mal a toda la universidad.

Adolfo:- ¿Y qué será?

Édinson: - Al principio quería que construyeran carreteras; pero eso es mucho tiempo.

Dubraska se va antes de que se retiren de la oficina, pero con la información de lo que van a hacer con los estudiantes. Y en el pasillo oscuro, escucha la voz de Arioch: - La curiosidad mató al gato; pero tú pareces tener nueve vidas.

Ella le responde:- Hay algo que quieres de mí; y parece que sabes lo que pienso.

Al cruzarse de vistas, se siente una conexión. Mirándose frente a frente, y él comenzó a hacerle preguntas.

Arioch:- ¿Qué es el deseo?

Ella le contestó:- Una trampa.

Arioch: - ¿Qué es la felicidad?

Dubraska: - Sufrimiento.

Arioch - ¿Si te dejaras llevar por tus deseos, no tendrías más felicidad? ¿Acaso si dejaras de reprimirte, y le dieras lugar al placer, no te sentirías más libre?

Dubraska: - Entonces no quiero ser feliz. Caminar de noche mejora mi visión. Estar sola me da paz. El placer sólo me entretiene, y me vuelve adicta a mis deseos.

Cuando se acercan lentamente, parece que están a un paso de un beso, hasta que él la empuja y le dice: - ¡Entonces vete! - Ella vuelve en sí.- No eres de mi equipo.

Adolfo regresa a su cama, mientras le llega un viejo recuerdo de una conversación.

Mario Lozada conversa con Adolfo, para hablar del decreto presidencial.

Adolfo:- ¿Qué necesita el presidente?

Mario:- Necesita de todos sus planteles universitarios.

Adolfo:- ¿Van a forzar a los jóvenes a estudiar aquí?

Mario:- Al principio la orden era llevarlos a la cárcel de máxima seguridad a donde llevan a los rebeldes. Pero el presidente quiere que los jóvenes, sean reeducados para evitar manifestaciones futuras o disturbios llenos de odio.

Adolfo:- Supongo que ya tienen un contenido programático preparado para todo, ¿Verdad?

Mario:- Está en progreso. Pero mientras tanto, sólo hay que tenerlos dentro de la universidad e ir adoctrinandolos poco a poco.

Adolfo:- ¿Por eso los disparos del domingo en la noche?

Mario:- Sí; tenemos la orden incluso de entrar a las casas para llevarnos a cualquier joven que encontremos.

La chica del peligroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora