II | Más que amigas

199 15 46
                                    

POV Lux

Me acerqué a la mesa de bocadillos para deleitar mi paladar mientras veía a messieurs (señores, como altaneramente pedían que se les llamara), embriagarse y mirar a jovencitas como carnada fresca.

Me las había apañado para lograr que ningún joven hombre se le acercara a Katarina, queriendo esposarla pero sin importar que hiciera, no podía hacer que los hombres dejaran de mirarla con tanto deseo. Malditos cerdos.

Ella parecía estar tan ajena a todos ellos, a todo, en realidad. Estaba tan segura de que nadie se acercaría a presentar prospectos y que estaría libre por la velada, hasta que apareció un ruco con su hijo, los dos eran tan blancos como la cocaína.

Fueron presentados y Marcus Du Couteau lucía complacido y atento a la interacción. El chico se inclinó y besó la mano de Katarina, mientras la mujer parecía que no quería estar ahí; pero... por alguna razón, aún sabiendo que ella no le querría ni un poco, mi mente enloquecía al ver la forma en que él acariciaba su mano, especialmente en público, sin miedo y sin vergüenza alguna.

—Ese puto parece vampiro. Que ganas de que regrese a dormir por la eternidad y la deje sola.—

—Deberías pedirle que se case contigo en su lugar—

—Mi loco dele pa'fuera o me mato enfrente suyo y lo culpo.—

—Debería ir a marcar territorio—

—Ni que fueras un perro, idiota. ¿Le harás pipi encima para que nadie se le acerque? Todo m a l. —

Genial, las voces de nuevo.

Estaba tan centrada en mis pensamientos, y en pelear con las voces de mi cabeza que no me di cuenta del momento en que Teresa se paró frente a mí, para confrontarme.

—Presiona con un poco de más fuerza esa vajilla y terminará hecha añicos. — pronunció en voz baja mientras me miraba curiosa. Se dio cuenta de lo que estaba mirando y se mantuvo en silencio por unos segundos.

—Estás celosa-. — siguió.

—Claro que no. — me defendí.

—No fue una pregunta—. Contestó mi amiga, mientras Fiora se reincorporaba con nosotras. Solo me limité a rodearle los ojos y a cruzarme de brazos y ella sonreía de lado.

—¿Qué estamos juzgando? Cuéntenmelo todo. — exclamaba la peli negra con cierta emoción.

—Luxanna está muy al pendiente del osito bimbo que fue a besarle la mano a su amorcito. — respondió Teresa, ocasionando que se ahogara con el vino blanco y comenzara a reír mientras tosía descontroladamente.

—Fue a besarle el culo, querrás decir. — Teresa la vio un poco sorprendida por la forma en que hablaba. —Ay, por favor! Todas sabemos que la mayoría de hombres que se acercan es porque quieren la fortuna familiar, aunque sea en una dote.— ambas se rieron al unísono y yo seguía pensando en lo mucho que quería patearle las bolas a ese cara de culo.

No estoy enamorada, claro que no... solo somos amigas.

Sabía que me moría de celos, pero no quería admitirlo, porque esos celos significaban más de lo que estaba dispuesta a aceptar.

Quizá aún era muy joven para saber qué era el amor, nada era seguro, más que el miedo que representaba para mí.

Volví a dirigir toda mi atención a Katarina y al nuevo caballero que estaría detrás de ella, y nuestras miradas se encontraron. Sus ojos verdes lucían tan apagados y desinteresados que incluso los desconocí por unos segundos.

Versalles - KataLuxDonde viven las historias. Descúbrelo ahora