—¡Pero si tú eres el chico de la mañana! —exclamó—. ¡Al que se le cayó el teléfono!
Seungmin se encogió en su lugar y lo miró con una mueca de horror.
¿Cuántas probabilidades de cruzarte con el extraño que te había causado la vergüenza de tu vida tenías? Sumándole el hecho de que Seungmin tomaba todos los días el mismo autobús y ya conocía las personas que subían (Cabe aclarar que el castaño apuesto no. Es más, era la primera vez que lo había visto en su vida), las posibilidades eran... Inexistentes. Solo alguien con muy mala suerte podía pasar por esto... Y claro, Seungmin y la mala fortuna siempre iban de la mano.
—¿Se conocen? —Lee Minho, su mejor amigo desde que entró a la universidad, frunció su ceño mientras miraba al recién llegado.
—Algo así —El desconocido se encogió de hombros con una sonrisa divertida—. Nos cruzamos en el transporte público. Cuando él estaba a punto de bajarse, su teléfono se cayó de su bolsillo y yo, como la buena persona que soy, lo ayudé —explicó con aires de superioridad.
—Vaya... el mundo es realmente pequeño —Minho alzó sus cejas con sorpresa.
—¡Eres todo un héroe, hermano! —La persona restante del grupo, el número dos del equipo de fútbol americano, Han Jisung, exclamó preparándose para chocar los cinco con el castaño. Quien no tardó en sonreír de oreja a oreja y hacerlo.
Cuando el castaño se dio vuelta para celebrar, Seungmin sintió un balde de agua fría caer sobre su espalda.
Quizás, justo en ese preciso momento, se dio cuenta de lo idiota que había sido. Mientras recordaba el suceso de esta mañana, el nombre del chico comenzó a resonar una y otra vez en su cabeza. Después de todo (y trágicamente) sí lo conocía.
Si Han Jisung era el segundo mejor jugador de la universidad, por obvias razones tenía que haber alguien que ocupara el primer puesto... Este no era ni más ni menos que Christopher Bang, el jodido jugador estrella que portaba la camiseta número noventa y siete con el mayor orgullo del mundo, era el mismo tipo que había recogido su teléfono y le había dado una sonrisa que lo había hecho temblar.
Seungmin sintió su sangre helarse y su corazón latir rápidamente. Necesitaba salir de ahí rápidamente.
Podría excusarse con que tenía que estudiar para la próxima clase, ya que le tomarían un examen realmente difícil pero Minho ya sabía sus horarios y seguramente no le serviría de coartada esta vez... no con lo distraído que estaba viendo a Jisung. Seungmin ahogó un suspiro y analizó la situación: Estaban en el gimnasio, usualmente se reunían ahí porque, la parejita del año —como Seungmin solía llamarles en su mente a Minho y a Jisung— salía antes de sus salones para escabullirse y hablar o hacer quién-sabe-qué, hasta que alguien como él llegara a arruinar su ambiente romántico.
—¡De todos modos tenemos que presentarlos!
Seungmin salió de su nebulosa al escuchar la voz de Jisung. Parpadeó atontado y miró al trío. Minho se encontraba sentado en las gradas, con sus piernas unidas y con sus cuatro libros de literatura sobre ellas, Christopher solo estaba de brazos cruzados mirándolo con una sonrisa y Han caminando hacia él.
—Hermano, este es Seungmin —dijo con una sonrisa de oreja a oreja—. Minnie, este es Bang Chan. Aunque ya lo debes conocer, ¿no?
—Algo así. He escuchado cosas sobre él.
—Espero que sean buenas —Chan sonrió con una pizca de gracia. Seungmin soltó una risa falsa—. ¿Qué estudias que tienes una mochila llena de libros? —preguntó alzando el mentón en dirección a lo que colgaba del hombro del castaño.
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Idiota Persistente | Chanmin
FanfictionLuego de que un extraño levantara del suelo su teléfono antes de bajarse del transporte público, Kim Seungmin jamás pensó que su vida daría un giro 360°. Una persona tan vergonzosa como él nunca se imaginó terminar al lado de alguien tan energético...