Idiota Persistente | Chanmin

Capítulo 36

El tiempo pasó y el viaje se acabó. Chan y Seungmin actuaron con mucha normalidad después de lo que pasó en aquel cuarto: Hicieron como si nada hubiese pasado.

Y parecía que estaban bien con eso.

Sus amigos, en cambio, notaban lo mal que estaban.

La universidad había vuelto y por lo tanto, los libros y los resúmenes volvían con ella. Jisung y Minho notaron una extraña tensión entre Chan y Seungmin pero decidieron ignorarlo, pensando que en algún momento alguno de los dos diría algo.

Sin embargo, eso nunca pasó y una semana después comenzaron a preocuparse.

—¿Por qué estamos aquí? —preguntó Felix de brazos cruzados, sin entender realmente la situación.

Él también había notado cambios en los comportamientos de Seungmin: Actuaba más extraño de lo normal y parecía distraído la mayor parte del tiempo. Al principio se lo tomó a bien, pensando que quizás y por fin había comprendido sus notables sentimientos hacia Chan, pero como Jisung y Minho, una semana después comenzó a preocuparse. No obstante, se quedó callado y observó a su amigo actuar.

—¡Para saber qué es lo que pasó entre Chan y Minnie! —exclamó Minho golpeando la mesa de la biblioteca. Han, quien estaba apoyado contra una estantería, suspiró.

—¿Lo dicen por la forma en la que actúan?

—¡Sí! —respondió Minho otra vez—. Jisung y yo hemos pensando en varias teorías.

Felix suspiró y terminó tomando asiento.

—Bien, cuenta.

—Antes de que empieces a hablar —Han dió un paso adelante, haciendo un gesto para que Minho se quedara callado—. ¿Qué hace él aquí? —señaló a Hyunjin.

El pelinegro se encontraba sentado al lado del rubio, con su mirada en su teléfono. Sin alzar la vista, dijo:

—Él me invitó —señaló a Felix.

—¿Ahora se llevan bien? —Minho junto sus cejas mirando al menor confundido.

—No —respondieron a la vez.

Como parecía que no dirían nada más, Jisung suspiró y miró a su novio:

—Ahora puedes hablar.

—Bien, volviendo al tema de las teorías...

Chan soltó un suspiro cuando su espalda chocó contra la puerta del cubículo de su baño. Pasó sus manos por su rostro, estresado y avergonzado, realmente sintiéndose tonto por evadir a Seungmin.

Los primeros días después del viaje todo resultó normal. Las aguas estaban calmadas y él estaba bien con eso, sin embargo la tensión y el recuerdo constante de sus labios tocándose, hacía que los dos se sintieran incómodos, especialmente Chan.

Él quería besar a Seungmin y no dudaría en hacerlo todos los días, sin embargo, pensaba que el castaño necesitaba tiempo para enfocar sus pensamientos y darse cuenta de que el beso fue un error, porque Seungmin no tenían ningún tipo de sentimiento hacia él. Y lo creía firmemente.

Con el tiempo, comenzaron a evitarse cada vez más. Seungmin ignoraba los mensajes de Chan y no asistía a sus prácticas como solía hacerlo. Y Chan corría de él cada vez que se cruzaban por el pasillo.

¡No sabían cómo actuar!

—Esa teoría me parece estúpida —dijo Han apoyado contra la vieja mesa de madera.

—No es estúpida —Minho frunció su ceño—. Tiene más sentido de lo que crees. Seungmin no lleva su anillo, es muy probable que lo haya perdido en algún lugar... Chan me dijo que habían ido al lago de la casa de su padre.

—¿Y eso qué? —Felix preguntó confundido.

—¡Quizás lo perdió ahí!

—Seungmin ama ese anillo, no sería tan tonto como para meterse en un lago usando eso —Jisung suspiró.

—¿Y cómo podrías explicar el comportamiento de Chan?

—Pasó algo entre ellos dos cuando Minnie perdió su anillo —respondió serio—. Chan parece evitarlo a toda costa, como si fuera algo que no le gusta ver... Y conociéndolo, sé que es porque hay algo extraño que se niegan a hablar.

—¿Entonces tendrían que descubrir que es lo que pasó entre ellos? —acotó Hyunjin repentinamente interesado en el tema.

—Tendríamos —corrigió Felix.

—Exacto.

—¿Y cómo harán eso?

—Haremos.

—Bueno, Minho y Felix podrían ir a hablar con Seungmin —propuso Han—. Luego tú y yo iríamos a hablar con Chan.

—No me llevo bien con él —acotó Hyunjin.

—Me sirves de todos modos.

Minho golpeó sus dedos contra la mesa y asintió.

—Entonces después de saber qué es lo que pasó... ¿Qué se supone que haremos?

—Los obligaremos a confesar sus sentimientos —dijo con una sonrisa mientras juntaba sus manos.

—No, eso no —Hyunjin negó—. Podríamos organizarle una cita, si todos sabemos que se gustan.