Capítulo 7

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—¿Qué pasa que te pones rojito cada vez que menciono a Chan?

Habían pasado dos días desde que Seungmin y él no hablaban.

Entre los horarios del castaño y la forma en la que él huía, no había manera de que pudieran cruzarse en algún punto.

Verás, Seungmin era demasiado vergonzoso y cada vez que veía a Chan, recordaba cómo clavó su dedo en su hoyuelo inconscientemente. ¡Como si tuvieran toda la confianza del mundo para hacer eso! Se habían conocido hace un día y él ya se atrevía a tocarlo. Estaba loco.

Aunque claro, esa no era la única razón por la que Seungmin había decidido alejarse de Bang Chan.

Luego de haberse escapado de la habitación del mayor (Sí, porque había huido de él después de lo que pasó) se había quedado toda la noche pensando en Chan. En su forma de tomárselo y en cómo se rió, restándole importancia a un toque tan importante. Seungmin no durmió bien por pensar tanto en él.

Se sentía extraño, esperaba no estar enamorado. Aunque sería estúpidamente irónico porque... Hace menos de tres días se conocían y se le hacía difícil sacárselo de su mente. ¿Podría justificarlo con que le daba mucha vergüenza verlo y por eso pensaba en él? Claro que sí, pero no se lo creía ni él mismo.

¿Amor a primera vista? No existía. Pero si no era amor, ¿qué se supone que es lo que sentía?

—¿Pasó algo el martes?

Preguntó Minho con una ceja alzada mientras caminaba junto a Han. Tenía su brazo por encima de sus hombros y por eso mismo, tenían sus manos entrelazadas.

Seungmin caminaba a su lado en silencio pero atento a la conversación anterior: Han contaba energéticamente lo que había pasado en el entrenamiento que tuvieron el miércoles y había mencionado al castaño. Seungmin los miró con sorpresa y sus mejillas ardieron al instante que recordó lo que pasó. Para su mala suerte, el número dos del equipo era observador y había notado todas las veces que, cuando nombraba a su mejor amigo, el chico se convertía en un tomate.

—¿Por qué el martes? —Han frunció su ceño.

—Se juntó con Channie en su cuarto para estudiar.

—Ah, así que por eso canceló la salida con el equipo.

Seungmin miró a Han con sus ojos casi saliéndose de sus cuencas.

—¿Qué?

—Sí. Me dijo que tenía planes realmente importantes, supongo que se refería a ti —sonrió—. Te has ganado un lugar en el corazón de mi hermano, Minnie. Espero lo cuides.

Sus mejillas volvieron a arder.

—¿¡Q-qué estás diciendo!?

Y la pareja estalló en risas.

Cuando Seungmin llegó a su cuarto, se dejó caer en la cama mientras soltaba el suspiro más grande de su vida. Su gata no tardó en subirse a la cama y caminar hacia él.

—No sé qué me pasa, Cherry... —soltó un suspiro, acostando a la gata sobre su estómago—. Me siento extraño.

Ella maulló, como si realmente entendiera lo que decía.

—Hace dos años pasó todo pero... me sigo sintiendo culpable. ¿Sabes? —preguntó en voz baja mientras acariciaba su naricita—. No creo que sea tiempo para darle una oportunidad a lo que sea que siento por Chan... Aunque, claro, si no sé lo que siento, ¿por qué debería pensarlo? Quizás es cariño porque es el tercer amigo que tengo en todo un año. Sería estúpido enamorarme si lo conozco hace menos de una semana, ¿No crees?

Sintió un nudo formarse en su estómago de tan solo pensar en la idea romántica de Chan.

—Tienes razón, gatita —Cherry maulló confundida—. No tengo que pensarlo si no sé qué es.

Idiota Persistente | Chanmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora