—¿Harás algo este fin de semana?
—Saldré con Jisung. Le pedí una semana para tomar una decisión sobre cómo seguir con nuestra relación —respondió sin apartar la vista de su comida—. Bueno... En realidad no se lo pedí, pero ya tomé una decisión y quería dársela.
—¿Y cuál es la decisión? —preguntó sintiendo la curiosidad invadirlo.
Soltó un suspiro y alzó la vista, mirando a su amigo.
—Bueno, desde que me explicó, lo pensé mucho y... volveré con él.
Explicó en voz baja, acordándose de todo lo que pasó noches anteriores. Seungmin quiso soltar un grito aunque terminó limitándose a asentir.
—Aunque espero que él piense lo mismo...
—Claro que lo hará. Después de todo, es Han Jisung.
Minho solo sonrió de lado.
Cuando el último almuerzo del día terminó, Seungmin se despidió de Minho y empezó su camino lento hacia su apartamento. El viento golpeaba contra su cuerpo, para su suerte llevaba el abrigo del castaño sobre él. Era realmente cálido.
—¡Minnie! —dió un saltito en su lugar debido al susto.
Había empezado a evitar otra vez a Chan. Su cabeza estaba hecha un lío, especialmente desde ese día que había tenido una pesadilla que no podía dejar de recordar una y otra vez.
Pensar en el castaño de la misma manera en la que lo hizo en el parque se sentía como un pecado. Una traición al anillo en su dedo anular. Lo miró una última vez antes de darse vuelta y enfrentarse con la mirada confundida del mariscal de campo.
—Chan... —murmuró.
—Me has estado evitando otra vez —se quejó con sus manos en sus caderas. Seungmin bajó la vista al sentir sus mejillas arder.
—Lo lamento... —respondió con el mismo tono de voz—. Necesitaba pensar.
Alzó una ceja, comenzando a caminar a su lado.
—¿Pasó algo? —preguntó preocupándose rápidamente. Seungmin quiso suspirar—. ¿Algo en lo que pueda ayudarte?
Negó.
—Ya se me pasará.
—Bueno... Si necesitas hablar con alguien, me tienes a mí.
Su corazón dió un vuelco. Inhaló con fuerza y prestó atención a su alrededor para ignorar lo que pasaba con su cuerpo y la mirada curiosa de Chan sobre él.
Para su mala suerte, no podía quedarse callado por lo que restaba de camino. Chan no podría aguantarlo, moriría de aburrimiento y probablemente, en menos de diez segundos, sacaría un nuevo tema de conversación. Seungmin no tenía muchas ganas de hablar.
La pesadilla no paraba de repetirse en su cabeza y no podía pensar con claridad. Intentó verse bien todo el día, como si nada estuviera yendo fuera de lo normal pero, como ha sido mencionado antes, su cabeza estaba hecha un lío y por eso mismo, le costaba verse tranquilo. Le hubiese gustado hablar con alguien, pero ¿Quién? Parecía que Minho se irritaba cada vez que tocaba el tema y Chan... Aún no tenían la confianza suficiente.
—Jisung me dijo que saldrá con Minho.
Seungmin sacó su teléfono del bolsillo y comenzó a jugar con él, intentando entretenerse con un juego en vez de los pensamientos. De todos modos, seguía prestándole atención a la persona a su lado.
—Y me invitó... Quiere que lo acompañe por si algo sale mal... Y me preguntaba si querías venir.
—Hace mucho frío... —murmuró, indeciso.
Rodó los ojos.
—Solo hay viento y probablemente baje para cuando ellos se junten —pasó su brazo por los hombros del menor y lo acercó a él—. Aparte, ¡me tienes a mí! Puedo servirte de escudo contra el frío.
Soltó una risita, alzando la vista unos segundos para mirarlo. Chan tenía una sonrisa. Supuso que eso fue lo que terminó de ayudarlo a aceptar.
—Está bien, iré.
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Idiota Persistente | Chanmin
Fiksi PenggemarLuego de que un extraño levantara del suelo su teléfono antes de bajarse del transporte público, Kim Seungmin jamás pensó que su vida daría un giro 360°. Una persona tan vergonzosa como él nunca se imaginó terminar al lado de alguien tan energético...