Capítulo 13

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Cuando Seungmin leyó el mensaje, no dudó en salir corriendo como si su vida dependiera de ello.

A la mierda álgebra y los números, Minho iba antes que todos.

El pelinegro había hecho lo mismo por él cuando lo necesitó, así que debía devolverle el favor. Eran amigos después de todo.

Hablando de amigos, mientras que Seungmin corría, cayó en cuenta de por qué no había visto a Jisung y a Chan tampoco. Probablemente el chico había faltado y Chan se encontraba dándole el apoyo emocional que necesitaba. Probablemente mucho más que Minho.

Moviendo sus piernas a toda velocidad por las aceras de la Ciudad Universitaria, Seungmin comenzó a preguntarse qué había pasado como para que se hubiesen peleado. Por lo que sabía, Minho y Han no peleaban muy a menudo y si lo hacían, probablemente era por una estupidez que no tardaban en arreglar.

Cuando llegó al apartamento del chico (que quedaba en la otra punta de su facultad ya que iban a distintas) golpeó la puerta de manera apresurada. Minho no tardó en abrirla y tirarse sobre él, comenzando a sollozar con fuerza.

En los pocos años que se conocían, nunca lo había visto llorar. Todo se sentía nuevo para él y Seungmin no era el mejor consolando a la gente. Recordó que, en estos casos, se solía abrazar a la persona y decirle que todo estaría bien, aunque pensó que era estúpido, después de todo, por algo se encontraba así y seguramente no era porque pensaba que todo mágicamente se iba a arreglar.

—¿Qué pasó? —preguntó en un susurro mientras palmeaba su espalda.

Minho tragó con dureza, sin soltarse de él.

—¡Me engañó!

Frunció su ceño.

—¿Han?

—¡Sí!

—¿Estás seguro? —cuestionó confundido.

Lo más loco que le podrían decir era eso. Han amaba a Minho más que probablemente a él mismo. En ningún universo, el menor lo engañaría. Era tonto, imposible de creer.

—¡Claro que sí! —se alejó de él, sorbiendo su nariz. Seungmin notó como sus ojos estaban hinchados y enrojecidos, su cabello estaba hecho un desastre al igual que todo de él—. ¡Yo mismo lo vi!

—Está bien, está bien... tranquilo... —murmuró mientras lo tomaba de los hombros y lo daba vuelta, para empujarlo suavemente adentro de la habitación—. Necesito que respires porque no sé qué hacer ni cómo ayudarte, así que cálmate —dijo con la mayor sinceridad mientras cerraba la puerta tras él.

Minho caminó hasta la cama y tomó asiento, intentando regular su respiración.

Aunque fue inútil, porque comenzó a llorar otra vez.

Seungmin soltó un suspiro frustrándose. No es que odiaba la situación o algo por el estilo, pero el no saber qué hacer lo ponía nervioso. Se sentó a su lado y pasó su brazo por los hombros del rubio, atrayéndolo a él y dejando que llore a su lado.

Se hizo una nota mental: Investigar qué hacer en situaciones como esas.

—¿Quieres hablar de lo que viste?

Preguntó luego de unos minutos de silencio entre ellos, donde solo se podía escuchar sus sollozos ahogados. Minho asintió.

—E-estábamos en la fiesta y Han me dijo que iría a buscar algo para tomar —Comenzó a decir mientras sorbía su nariz con un pañuelo.

Seungmin tenía su mirada fija en la puerta del cuarto, la cual estaba toda llena con fotos de ellos dos. Todas en distintos años, por lo que supuso.

—Cuando la luz se cortó y pusieron las de colores... Yo... —mordió su labio inferior, Seungmin sintió como su cuerpo temblaba—. Yo l-lo vi muy cerca de una chica y... las luces comenzaron a moverse y solo vi dos siluetas muy pegadas, casi besándose y me di cuenta que una de ellas era Jisung p-por su cabello... —Finalizó para después comenzar a llorar otra vez.

Idiota Persistente | Chanmin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora