X:FIN DE PARTE DOS

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Lena se encontraba en el patio de la, nueva, casa de Brian y Mia, la chica veía como todos hablaban, se reirán, cocinaban la gran cantidad de carne, todo se veía bien.

Una semana había pasado después ese incidente en el avión, Lena se encontraba mejor, aunque había pasado unos dias aislada de todos y todo, había regresado a Dubai de inmediato después de lo sucedido, no había contestado llamadas, y no porque no quisiera, más bien porque Malik había muerto, y eso significaba que tenía muchos trámites que hacer, mucho más con el negocio de este.

Aunque nunca estuvieron casados, Malik era una persona que confiaba en los demás cuando notaba algo en ellos, y eso sucedió con Lena, además del gran amor que este le tenia, confío en ella, y también confiaba en sus decisiones, porque este había dejado de heredera y encargada de todos sus bienes a la chica, confiando en ella por completo, ella conocía a la familia de Malik, unas personas encantadoras como él, tan apasionadas por su trabajo, empezaron desde cero y eso los ayudó a forjar la gran riqueza que su hijo tenía, y Lena no podía quitarles eso, algo que les pertenencia.

Fue por eso que pasó unos días en Dubai, arreglando papeles de herencia para todos los miembros de la familia, sin embargo, la casa fue algo que esta no pudo dar, esa casa era un tesoro para ella, recordaba haber visitado tantas casa junto a Malik y que ambos quedaron enamorados de ella en cuanto la vieron, ellos mismos habían amueblado cada habitación, habían pasado días contemplando la mejor combinación de pinturas, arreglos, telas de cortinas, alfombras, y más.

Esa era su casa, y así se mantendría.

Después de cinco días, Lena decidió regresar a Los Ángeles, donde Brian y Mia estarían haciendo su vida después de que todos quedaran libres de todos sus cargos, era por eso que ahora se encontraba ahí, sentada en las escaleras de una caseta, algo alejada de los demás mientras tomaba una bebida sin alcohol, sus ojos se elevaron cuando vio una figura pararse frente a ella, sonriendo, esta lo saludo.

— ¿Puedo sentarme? — Han preguntó, señalando el asiento a su lado y esta asintió con una pequeña sonrisa.

Han suspiró al sentarse, tomado esa posición de siempre, codos apoyados en sus rodillas, viendo a los demás al igual que ella, ambos se quedaron en silencio un momento antes de que Han decidiera hablar. — Entonces, Malik era el gran Don Dubai... ¿Por qué ese nombre? —Este escuchó a Lena reír bajo, sonriendo al saber que no estaba dejándose afectar por lo sucedido.

Él tampoco estaba dejándose afectar, sí, Giselle había sido un gran apoyo para él, y que se fuera tan de repente, lo había dejado, de alguna manera, desconsolado, y sí, le había afectado saber que Lena se había ido a Dubái de nuevo, pensó que ese era el final de todo, que, de nuevo, no le había dado la oportunidad de aclararle sus intenciones.

— Malik era dueño de casi medio Dubai... Es por eso que Roman lo nombró así. — La chica comenzó, haciendo a Han mirarla con la cejas alzadas, notando la sonrisa melancólica que este tenía en su rostro. — Parece broma, yo también lo creí al principio. Hasta que después de nuestra primera cita me regaló un Lykan. — Han tosió un poco al escuchar eso, había tomado un sorbo de su cerveza, lo que lo había hecho atragantarse de sorpresa. — ¿Sorpresa? Cuando me propuso matrimonio, me dio el auto del que Roman esta tan enamorado... ¿Puedes adivinar?

— Roman... Un Pagani. — Este dijo con seguridad, conociendo los excéntricos gustos del moreno.

Lena negó con una sonrisa. — Un Bugatti Noire... Es exclusivo y solo hay uno en el mundo, sabes lo ambicioso que es Roman, y pues, me pedía conducirlo cuando llegaba de visita. — Esta dijo, tomando un trago de su bebida.

Han se quedó en silencio un rato antes de soltar la pregunta que había estado comiendo su cabeza desde que escucho la palabra "prometido".

— ¿Ibas a casarte? — Lena tragó, no contesto, su mirada estaba fija al frente, pero no exactamente enfocando algo en específico. Han se sintió algo molesto por eso, sabía que no tenía derecho a reclamarle, pero algo dentro de él simplemente no podía evitar molestarse. — Creí que no estabas lista para establecerte... — Lena bajo la mirada ante eso, captando la atención de Han, quien notó como sus dedos se movían en la lata en sus manos. — Me dijiste que sentar cabeza no era algo que tenías planeado pero... Un año... Y... De repente ibas a casarte.

𝐌𝐈𝐑𝐈𝐊𝐈𝐓𝐄𝐊𝐈 || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora