XIX

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— Oye, Roman, ¿no sientes que se te congela la frente? — Lena puso una mano sobre esta, ganándose una palmada en su mano mientras escuchaba una queja del moreno y la risa de Tej, quien le dio más fuerza a la broma agregando una propia.

— Si siguen ofendiendo mi frente, los voy a hacer rodar hasta que queden tirados en medio del hielo para que los rusos se los lleven y hagan experimentos con ustedes. — Este amenazó una vez que ambos estuvieron riendo mientras chocaban los cinco al verlo mirarlos con total ofensa.

Un segundo en silencio pasó antes de que Lena riera, viendo cómo Roman se movía, incómodo. — Deja de reírte, me estoy congelando... Esto no es para mí... Vengo de un estilo de vida diferente, las mujeres me conocen, saben bien lo que soy... Cuando voy a orinar, ni siquiera me reconozco.

La risa de Lena era tan sincera que se volvió muda, echando su cabeza hacia atrás; esta cayó sentada en sus piernas mientras seguía riéndose por las palabras del moreno. — Roman, eso fue demasiada información. — Tej se quejó.

— Yo solo digo.

La atención de todos se posó en la fuente del ruido de un motor que escucharon; todos pusieron sus binoculares frente a sus ojos, girando la cabeza en dirección al ruido, y como habían predicho, el auto de Dom se acercaba a la base naval. — De verdad tiene que estar loco para atacar este lugar sin un ejército... — Lena escuchó al rubio.

— Cuando tienes al mejor corredor callejero armado con un arma nuclear, no te hace falta un ejército, rubio. — Esta contestó, aún mirando el recorrido del auto de Dom, sintiendo sus piernas comenzar a sentir el frío por sobre sus pantalones.

Los ojos de todos dejaron los binoculares al ver cómo una gran pared de nieve se levantaba con el viento; fue como si alguien lanzara algún objeto pesado sobre el agua, sin embargo, esto parecía más una ola de energía. Todos tuvieron que tapar sus ojos para evitar que el hielo cayera en estos y los hiciera arder. — ¿Esa fue...

— La PEM... — Lena escuchó a Tej decir, tragando; la chica bajó la mirada, pensando de nuevo en lo que podría querer de ahí, tanto que incluso utilizaría la PEM.

— El submarino... — Lena dijo, haciendo que todos la miraran. — Cipher quiere el submarino.

Con eso en mente, Tej comenzó a teclear en su tableta, tratando de comprobar que las palabras de la menor fueran ciertas, y de hecho, lo eran. — ¡Diablos! Tiene razón... Cipher reinició el submarino para poder tener control de su sistema.

— ¿Qué demonios están diciendo? — Roman se quejó, no entendiendo nada; quizá por el frío, pero se sentía desubicado.

— Que se quieren llevar un submarino, Roman, pero no podemos dejar que eso pase... — Lena dijo, viendo el gran submarino a unos kilómetros de ellos.

— ¡Ahí está el cuarto de control! — Ramsey dijo, haciendo que todos la miraran. — Si me colocan en esa timonera, puedo conectarme al sistema y contrahackear a Cipher para impedir que lo baje al agua...

— Lo que yo tengo que hacer es entrar a ese submarino, buscar el cuarto de armas y sacar el chip antes de que pueda sacar esos misiles. — Lena escuchó decir a Tej después de que Ramsey terminara, mirándolos a ambos discutir sobre qué sonaba más loco.

— Ambas son unas ideas suicidas, pero vamos a hacer ambas.

***

Los autos arrancaron, alejándose a velocidad alarmante del espacio en el que se habían mantenido ocultos todo este tiempo.

—Muy bien, Lena, repítenos el plan, creo que mis oídos congelados no terminaron de entenderlo. —Lena rodó los ojos al escuchar la voz de Roman.

—Letty y Hulk se encargarán de que Ramsey esté segura hasta que pueda tener el control de ese submarino, mientras que tú, el rubio, y yo cuidamos a que no maten a Tej hasta que encuentre el chip que necesita... ¿Alguna duda?

𝐌𝐈𝐑𝐈𝐊𝐈𝐓𝐄𝐊𝐈 || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora