XII

4.7K 383 16
                                    

Un año después.

Un año había pasado desde que Han y Lena se habían mudado a Tokio, la chica la había pasado mejor de lo que esperaba, en realidad, pensó que iba a ser más difícil.

Aunque no dudaba que sí había sido difícil al principio, más que nada por el idioma, pero lo aprendió con rapidez, y esta se encontraba contenta con su vida ahí, aunque sí, a veces extrañaba salir a correr, saltar de aviones o de algún lado que podría fácilmente matarla, está la estaba pasando bien.

Había conocido a bastantes personas también. Takashi era uno, un chico un poco mayor que ella, sobrino de la cabeza de los Yakuza, al principio, Lena sí se planteó el no dejar que Han se juntara con ese chico, más que nada por el peligro que, el solo hecho de ser un Yakuza, implicaba.

Pero Han la tranquilizó, diciéndole que simplemente se encargarían de unos negocios, sería como su contador, la chica lo aceptó, pidiéndole que no se metiera en problemas con ellos.

Takashi y ella no se llevaban mal, claro que tenían sus momentos de discusiones, pero era normal, el chico se había convertido en un "amigo". En realidad, ninguno se consideraba amigo, pero sabían convivir con el otro, este tenía un amigo de nombre raro, el cual, si odiaba Lena, pero no decía nada porque eran los " amigos" de su novio.

También había conocido a Earl y Reiko, unos chicos de dieciocho años, la misma edad que Twinkie, de hecho, eran amigos, iban a la misma escuela, eran compañeros de clase y eso, el chico los había presentado, aunque claro, Han ya los conocía, Earl resultó ser un conocedor muy práctico sobre autos, aunque era algo orgulloso, era bastante intelectual.

Reiko era una chica linda e intelectual que conducía increíble, además de que manejaba bien las computadoras y todo ese tipo de cosas, esta de alguna manera le hacía recordar a su hermana, era dulce y bastante cálida, era bueno pasar el rato con ella.

A pesar de que Han y Lena habían dicho que tendrían su vida tranquila, estos todavía recurrían a las pistas de Drifting en Tokio, no para correr, más que nada para ver y ayudar a algunos chicos con sus autos, todos los fines de semana estas se abrían para dar paso a los competidores que querían ser, literalmente, aplastados por DK.

DK, Drift King.

Así era como le habían apodado a Takashi, el chico era, sin duda, el mejor corredor de drifting de Tokio, aunque Lena estaba segura de que ella o Han podrían ganarle con los ojos cerrados, esta prefería dejarlo ser y que siguiera en su nube de ilusiones con su novia, Neela, la cual era una chica de la misma edad de Twinkie.

Han le decía que debería de dejar de salir con niñas de escuela, que madurara, pero este hacia caso omiso a cualquier palabra que saliera de la boca del asiático.

Neela era una chica dulce, la conocía, no eran tan cercanas, pero si habia hablado con ella antes, cuando DK se iba a correr y decidían esperarlo al final, esta se sentaba a su lado para charlar un poco, pero nada más.

Así habia sido ese año, algo caótico con algunas discusiones entre ellos, pero al final del día, ninguno podía quedarse molesto con el otro, todo se arreglaba en un dos por tres y su vida seguía.

Lena se lo planteaba cada vez que sobrepensaba las cosas, era difícil y muy diferente, pero podría terminar llamando a Tokio su hogar.

***

La noche había llegado, con eso, el despertar de Tokio, así lo llamaba Lena, porque en ese lugar no dormías hasta que fuera muy temprano de madrugada.

También, la hora de salir a ver las carreras había llegado, Han había decidido cerrar el taller ese día porque se sentía algo cansado, así que Lena lo acompañó en la cama todo el día, eso era lo mejor de su día, tenerlo dormido en su pecho mientras esta acariciaba su liso cabello, no había mejor momento en su día que esos.

𝐌𝐈𝐑𝐈𝐊𝐈𝐓𝐄𝐊𝐈 || Han LueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora