015. [+18]

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La noche pasó más rápido de lo que hubiera deseado.

La comida estaba maravillosa y la compañía del príncipe me hacía sentir plena. Me contó su deberes y yo les conté de los míos, compartimos entre risas momentos graciosos de nuestros días y también me mostró una pequeña biblioteca privada y oculta en sus aposentos.

El se encontraba leyendo su libro favorito mientras yo lo oía con maxima concentración a sus palabras.

—...Y cuando la luz enviada por Alah toque la tierra ésta temblará. Su luz será esparcida llevando su bendición a quienes sean merecedores de su resplandor y aquellos que se encuentren alejados de su brillo pereceran en la oscuridad con sus pecados.—Termina de leer y él voltea a mirarme con una pequeña sonrisa.—Esta parte me hace recordar a algo.—Piensa un momento ladrando la cabeza.—Cuando estaba en el Consejo con el sultán un Visir mencionó algo que estaba ocurriendo en el pueblo. Todos nos quedamos realmente asombrados.—Menciona el cerrando lentamente su libro.

—¿Que cosa,Príncipe?—Pregunté interesada.

—Altyn Perisde.—Exclama y de repente todo mi cuerpo se tensa.— El Visir dió buena vista al Sultán. Todos en el pueblo parecen aún más encantados con mi padre. Él envío a investigar de quien se trata pero el asombro del Sultán por la situación fue evidente.

—Y...si descubren de quien se trata, ¿Recibirá algún castigo?—Evite que mi voz tiemble y rápidamente tomé una de las delicias turcas para llevarla a mi boca. Mis manos sudaban y mi estómago estaba revuelto; estaba muy nerviosa.

—No lo sé. Dependerá de las intenciones que tenga. Se dice que reparte oro por el pueblo y es muy probable que sea robado. El robo no es tolerado y la sentencia es la muerte.

Me ahogo con el dulce y por un momento dejé de respirar pero gracias a una tos logré sacarla de mi boca.

—¡Yo no he...!—Elevé la voz un momento indignada por decir que había robado pero rápidamente aclaro mi garganta.—Disculpe quise decir que. Uhm.—Carraspeo—no creo que sea un ladrón. De otro modo ya lo hubieran arrestado.

El me mira extrañado por mi reacción pero no comenta nada al respecto de mi atrevimiento por casi gritarle.

Quise cambiar el tema pero aún me quedaba una pregunta por hacerle.

—Alteza.—Murmuré y él colocó una de sus manos en mi mejilla.

—¿Si?

—¿Atuh Piruste que significa?—Intenté decir el nombre pero por la risa de Mehmed sabia que lo había dicho sumamente mal.

El comienza a reír de una forma en el que todo mi cuerpo se estremece. Mis oídos habían sido bendecidos por aquella hermosa risa. Su sonrisa me dejó embobada y no pude evitar suspirar por él.

—Diga conmigo.—Exclama con una sonrisa luego de que su risa cesara acercando su rostro más al mio.—Altyn.

—Al..Altyn.—Murmuré nerviosa por su cercanía.

—Perisde.—Susurra aún más cerca de mis labios. Sus manos me acarician suavemente el rostro mientras nuestros somos estaban conectados.

—Perisde.—Repeti sintiendo un hormigueo que fue directo a mi zona baja.

—Angel Dorado.—Tradujo alejándose un poco de mi.

Aquella distancia pequeña me hizo soltar un pequeño quejido. Mehmed sonrió por ello.

—¿Le parece ir a la cama?—Pregunta y cuando yo asiento con la cabeza él me ayuda a levantarme.

Mi corazón bombeaba sangre como nunca antes. Mehmed afectaba todos mis sentidos, mi cuerpo se estremecia y necesitaba más de su contacto.

IMPERIO OTOMANO | ❝ Mehmed ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora