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Sultana Hürrem:

Sumbul Aga—Llamo a mi fiel amigo y sirviente el cual entra de inmediato a mis aposentos reverenciandose con una mirada cálida.

Mi Sultana. —Me arroja una de sus características sonrisitas y yo elevo mis cejas. Algo me ocultaba.

—¿Que me ocultas? —Insisti con una mirada más dura.

—Yo.. —Pensó un momento y por mi rostro su nerviosismo fue más notorio y carraspeo su garganta antes de seguir hablando. —Nada importante mi Sultana simplemente una de las recién llegados intentó suicidarse anoche...

Abro los ojos con sorpresa y me levanto rápidamente de mi asiento.

—¿¡Nada importante!?—Grito y Sumbul se sobresalta—¿¡Que dices!? ¿Y como es que no me avisas de esto Sumbul? —Me exaspero.

Lo siento mi sultana pero no se preocupe. El príncipe Selim la cargó hasta sus aposentos y fue atendida por una muchachas recién llegada y la doctora.

¿Una muchacha la atendió? —Mi sorpresa iba en aumento.—¿Selim estaba presente? Al parecer fue una noche agitada. —Me quedo pensativa y Sumbul asiente con la cabeza.— Muy bien. Si ahora todo está resuelto quiero que hagan preparativos para mañana. El príncipe Mehmed, la princesa Mihrimah, Mustafá y el Sultán llegaran mañana. Quiero realizar una fiesta en honor y prepara a las nuevas, las elegidas por los príncipes iran a su respectivo Harem.

Sumbul Aga sonrie.

—Como la Sultana más hermosa lo desee.

Hace una reverencia para posteriormente marcharse pero antes de que cruce la puerta lo detengo una última vez.

—¡Ah! y Sumbul. —El voltea a verme. —Trae a la muchacha que salvó a la otra.

—A sus órdenes.

Sarah:

Las tareas de limpieza estaban fuera de mi confort. Odiaba todo lo relacionado a limpiar y acomodar, prefería estar ayudando y aprendiendo. Ese aspecto extrañaba a mi mentora, ella cuidó de mi los años de ausencia de mi padre y me enseñó muchas cosas fuera y dentro de la medicina convencional y no tan convencional.

Me enseñó el arte del conocimiento anatómico del ser humano, como este podía sufrir alteraciones y como solucionarlos.

¡Por Alah niña! ¿¡Que es todo este desorden aún!? No haz echo nada. —Sumbul Aga aparece provocando un gran susto en mi. Volteo rápidamente y dejo caer la escoba provocando un gran estruendo. —¡Alah Dame paciencia!—Me lanza una mirada desaprobatoria .— Recoge eso y ve arriba. La Sultana Hürrem pide tu presencia en sus aposentos. Apurate.

—¿L-La Sultana Hürrem? —Pregunto sorprendida y este rueda los ojos completamente impaciente.

—¡Alá! Acaso sufre de algún problema en la cabeza que no comprendes? Apúrate

«Pobre ese tal Alá, debería pedir monedas de oro por cada mencion de Sumbul» Pensé.

Me apresuro en ir hasta los aposentos pero al no conocer el Palacio me pierdo fácilmente en los largos pasillos.

—¿Alah de Sumbul puedes ayudarme? Siempre te menciona seguro eres de la suerte—Hablo conmigo misma en desespero.

Sabía que estaba ganándome un buen castigo sin embargo no era mi culpa, apenas si había llegado ayer.

Al estar tan distraída choco una persona y ambas caemos al suelo. A ella la ayudan un par e muchachas que hacían detrás de ella y supe en ese momento en que estaba en serios problemas.

—¡Torpe! ¡Fijate por donde caminas! —Me grita alguien y al levantar la vista noto a una mujer muy hermosa. Sin embargo podía apostar que su belleza solo era exterior.

—Disculpe, estoy pérdida

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Disculpe, estoy pérdida. —Exclamo levantándome del suelo y hago una pequeña reverencia. Todos lo hacían así que supongo que yo debía de hacerlo igual.

Tus problemas no son mis problemas. Solo fijate por donde caminas o la próxima haré que te azoten los pies haber si tienes más cuidado—Exclama mirándome arriba a abajo con desprecio.

Sultana Mahidevran no amenace a la muchacha, usted no puede dar esas ordenes. No sin una verdadera causa que lo amerite. —Detrás de mi se escucha una voz y al voltear veo a la majestuosa Sultana con una gran corona es su cabeza.

Nuevamente me reverencio esta vez ante la impotente presencia de la mujer. Escucho un gruñido de la Sultana con quien había tropezado quien se retira por el. Mismo camino en el que llegó y por sus fuertes pasos sabia que estaba enojada.

Sígueme.—Me ordena la mujer de cabello cobrizo y me guía.

Disculpe Sultana no fue mi intención tropezar con la otra Sultana. Estoy pérdida y la Sultana Hürrem me ha llamado pero he tardado mucho y quizás me azoten. No se como funcionan los azotes pero estoy segura que van a azotarme. Por favor, ayudeme a encontrar los aposentos de la Sultana Hürrem. —Hablo tan rápido que escucho una ligera risa de la mujer que caminaba delante de mí.

Tranquila no te azotaran. Fue un error que te enviaran sin compañia y por cierto...—Llegamos a una entrada con Guardias quiénes de inmediato los abrieron las puertas.

La mujer en ese momento voltea hacia mi y me sonrie cálidamente.

Yo soy la Sultana Hürrem.

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IMPERIO OTOMANO | ❝ Mehmed ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora