028.

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A mitad del camino la Sultana del Sol y la Luna se sintió mareada por lo que tuvimos que parar para que así pudiese timar algo de agua.

Al notar que ya estaba bien le di privacidad con Balibey, sabía cuan enamorada estaba la pequeña de él y había que admitir que el hombre tenía un magnetismo que no pasaba desapercibido.

Casi al anochecer llegamos al palacio y fuimos recibidas por la Sultana.

—¡Madre!—Gritó Cihanger bajandose de mis brazos y corre en direccion.

La Sultana Hürrem abre sus brazos con una gran sonrisa.

—Cihanger, mi pequeño.—Lo toma en brazos y el pequeño besa la mejilla de su madre.

—Madre.—Exclama Mihrimah acercándose con una sonrisa y se referencia frente a ella.

—Sultana Hürrem, que gusto verla.—Me reverencio con una sonrisa.—Si me permite, les daré espacio.

Abandoné la habitación luego de reverenciarme y me encuentro con Fakria quien me muestra donde dormiría y me acuesto una vez que estoy sola.

El viaje había sido realmente largo y el cansancio provoca que poco a poco me duerma.

Dos días después, me levanté muy  temprano en la mañana , me dieron el desayuno y luego de eso quise recorrer un poco el castillo.

Observando todo con una sonrisa escucho una conversación no muy lejos de donde estaba.

—Quiero hacerte una pregunta pero quiero que me respondas con honestidad.—Era la Sultana Hürrem.

—Claro sultana, le prometo ser honesto

—Malkocoglu quiero saber si sientes algo por mi hija. Le prometo y juro por mis cinco hijos que lo que diga será nuestro secreto y no lo usaré en su contra pase lo que pase.

—Sultana, le seré franco.—Sonó como si realmente estuviera cansado de aquello.Como si no fuese la primera vez que le hacían esa pregunta.—Creame no tengo ningún sentimiento especial por la Sultana, solo soy un simple soldado al servicio de su Majestad y mi única ambición es servirle.

Un silencio se hizo en el lugar y escuché un suspiro.

—Prepare el carruaje, llevará a mis hijos devuelta al Palacio.

Me sentí muy mal al escuchar las palabras de Balibey. La única esperanza de la Sultana para no casarse con Rustem era que él se comprometiese con ella. Pero al parecer, eso no sería posible pues Malkocoglu no la amaba.

De inmediato y antes de que descubrieran que yo estaba allí escuchando la conversación privada voy por otro pasillo para dar la vuelta y buscar ala Sultana Hürrem. Debía de contarle lo que había visto en el Palacio.

Un rato después la encontré y pedí hablar con ella. Ambas entramos a sus aposentos y una vez a solas le dije todo lo que había visto y notado en su ausencia.

—Entonces el sultán no ha recibido mi pergamino...por eso no me ha escrito..—Murmura y suelta un suspiro más alentador.—No me ha ignorado...

Ahora su rostro cambia a uno más enojado.

—Sharazad esta siendo una piedra muy molesta en mis zapatos, cree que ha ganado pero muy pronto volveré y verá de lo que soy capaz.

Al atardecer me despedí de la Sultana y del príncipe Cihanger.

Mihrimah me mira notablemente afectada sus ojos estaban rojos e hinchado indicios de que había Estado llorando. Seguramente su madre ya le había dado la noticia y ahora su compromiso con Rustem cada vez se hacía más real.

IMPERIO OTOMANO | ❝ Mehmed ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora