•T R E I N T A Y U N O•

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J A D E

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J A D E

—Deja de reirte—reniega Hoo Joon desde mi sofá frunciendo el ceño hacia la laptop sobre su regazo.

No puedo evitarlo, rio más fuerte. Ha permanecido en esa posición por más de una hora jugando el juego que Ha-neul instalo en mi laptop, ese mismo que juega ella en las competiciones de ciberdeportes . Cada vez que inicia una partida muere en seguida, no puede vivir más de dos minutos porque de verdad es malo para este juego.

—Me mintieron—me arrodillo en el suelo para acariciar el lomo de Inzhaghi que clama por atención. Amo a este perrito inquieto que tiene una fascinación por lamer mi rostro—Me dijeron que todo lo que hacías, lo hacías bien, lo que quiere decir que estamos en tu realidad deseada.

El chico sube sus lentes por el puente de se nariz antes de girar su cabeza en mi dirección y dedicarme una mala mirada.

—Eso de mi realidad deseada podría ser una posibilidad—se encoje en hombros y sigue con su juego—Soy famoso, tengo dinero y sobre todo, te tengo a ti ¿Qué más podría desear?

Aun no me acostumbro a su naturaleza directa que dice cada vez que puede que tan importantes son las personas a su alrededor porque nunca fui tan importante para alguien como para que me tuviera así de presente.

Me veo a mi misma sonriendo, me hace sentir especial.

—Eres afortunado de tenerme en tu vida—bromeo en lo que beso la cabeza de Inzhaghi que poco a poco se ha tendido en el suelo.

—Así me siento... ¡No!—su exclamación hace que mi cachorro se despierte y comience a ladrar—Tu callate ¿No ves que estoy tratando de vivir más de dos minutos?

Y vuelvo a reír. Es increíble que el idol que todo el mundo adora esté mostrándole la lengua a mi cachorro, bueno, todos saben como es Hoo Joon y lo infantil que puede llegara a ser.

—Deja a mi hijo en paz—dejo un último beso en la cabecita de Inzhaghi y me levanto del suelo para rodear el sofá. Hoo Joon tiene las piernas extendidas haciendo que mi sofá se vea aún más pequeño de lo que en realidad es—En ese sofá caben 3 personas ¿por que se ve tan pequeño?

—Ven y me ayudas a jugar—abre sus brazos y sus piernas dejando un espacio para que pueda sentarme, mejor dicho, para que pueda acostarme sobre su pecho—Eres mi amuleto de la suerte.

Sonrío cuando me guiña un ojo. Hago lo que me pide y hace una especie de nudo con sus piernas que me resulta bastante cómodo considerando la posición en la que nos encontramos. Colocar un cojín sobre mi abdomen para colocar la laptop y uno de sus brazos me abraza por los hombros mientras que su mano libre teclea las teclas intentando jugar.  No se en que momento llegamos a esto, no sé en qué momento él dejó de pedirme besitos dulces a besarme con esmero cada vez que tiene oportunidad, no se en que momento dejo de tomarme la mano a pedir mas de mi, pero la verdad es que no tengo de que quejarme, amo la confianza que hemos ido desarrollando rápidamente.

Cuando nos volvamos a encontrar. ||1||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora