J A D E
Dos líneas...
Dos jodidas líneas.
Si fueran dos líneas sobre un papel, sobre un escenario incluso si fueran dos líneas de algún producto para el rostro no estaría temblando e hiperventilando de esta manera. Estas dos líneas significan que mi vida está a punto de cambiar, de hecho, desde el momento que revise el aparato alargado y aparecieron esas dos líneas mi vida cambio rotundamente.
Dos golpes en la puerta del cubículo del baño hacen que me sobresalte, y que el aparato caiga de mis manos tocando suelo rebotando hacia el exterior del cubículo. Me levanto inmediatamente y abro la puerta, pero la expresión de la pelirroja me dice que ya lo ha visto. Sujin levanta su vista hacia mí para después mirar la prueba de embarazo en el suelo en donde claramente se da a entender que, efectivamente, estoy embarazada.
—No—con una mano cubre su boca al momento de agacharse y recoger el aparato del suelo—¡No! No puedes embarazarte primero que yo. Primero Eun-gi después Ha-neul ¿Y luego tu?
No puedo evitar soltar una risa nerviosa. Yo no quería esto, o por lo menos aun no; ser madre es una responsabilidad enorme que no se si pueda asumir como es debido. Estoy asustada, demasiado aterrada para ser precisa. Si, ayudé a mi hermana en su proceso de maternidad desde el día 1, pero esto no es lo mismo. Esta vez soy yo quien tiene un ser humano dentro que crecerá cada vez más.
—¿Qué vas a hacer? —inquiere la pelirroja.
—Salir allí y maquillar a mi esposo para el concierto.
Se que tengo que darle esta noticia ¡Va a ser padre! Y no puedo ocultarlo para siempre, pero este no es el momento adecuado para hacerlo. Sujin asiente con la cabeza y me entrega la prueba. Con manos temblorosas la tomo y la guardo en el bolsillo de mi cárdigan para después salir del baño hacia el escenario, mejor dicho, hacia abajo del escenario en donde ya está todo el equipo del staff organizando lo que se necesita para llevar a cabo este concierto: El concierto en honor a los 10 años de los Bad Clovers.
Doy un par de saltos tratando de liberar tensión antes de entrar, sin embargo, no funciona y solo logro que me ataque el mareo que me alertó de mi... embarazo. Me sostengo de una columna de hierro y suelto el aire con fuerza escuchando como todo el staff corre de un lado a otro. Levanto la cabeza y armándome de valor, entro en el reducido espacio en donde más de 10 personas intentan moverse de un lado a otro con maquillaje y prendas de vestir.
Esquivo a un par de personas en lo que las saludo y me ubico en mi cubículo para organizar el stand mientras espero a que mi esposo, digo, el Ídol para el que trabajo aparezca tras vestirse con el vestuario del primer acto.
Doy un pequeño respingo cuando siento que alguien me abraza desde atrás y esconde su cabeza en mi cuello. Me siento contrariada en este momento; amo que haga este tipo de cosas, me abrace y me bese cada vez que se le antoja, pero es inevitable que no me sienta nerviosa por lo que sé y él no.
—¿Cómo está mi amada y hermosa maquillista? —deja un beso en mi cuello haciendo que un escalofrío recorra mi espina dorsal.
—Bien, considerando el hecho de que mi jefe me obliga a trabajar un domingo a la noche.
—Entiendo a tu jefe, quiere tenerte cerca a cada instante.
—Resulta que mi jefe también es mi esposo y siempre estamos juntos—murmuro divertida moviendo mi hombro de arriba a abajo provocando que se queje—Oh, y parece una garrapata.
—No soy una garrapata.
—Si que lo eres—ambos giramos a la par en dirección de Nolan quien ya ha tomado asiento en su cubículo—No dejas en paz a la pobre Jade.