Maximiliano Fiore es el jefe de cirugía del equipo treinta y cinco de voluntarios de la asociación Save the Children. Todo el equipo está realizando su última ruta de cinco meses por las zonas rurales y aisladas de Sudáfrica antes de regresar a casa...
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"En ocasiones hay que apagarse para poder resurgir"
Con tal de tener la privacidad necesaria para escuchar a mis anchas los reproches que mi madre estaba por decirme deje la divertida tardeada y regrese a la habitación. No me detuve a dar explicaciones solo di media vuelta y seguí de largo.
Al menos dentro de cuatro paredes no sufriría vergüenza por la bola de recriminaciones que Fiorella Echeverria estaba a nada de soltar en mi contra.
Un resoplido molesto y pesado trono por detrás de la bocina—!¿Algo que decir Sahara?¡—el típico tono de crítica y molestia cubría cada palabra como un cuchillo cortando todo a su paso.
—No. —mi respuesta seca hizo que me ganara otro resoplido pero aún más fuerte.
—No seas cínica por favor...—casi podría jurar que la veía sentada en medio la sala, masajeándose con fuerza las sienes y controlando su furia que como olla de presión que pronto estallaría
—Ya lo dije madre. No tengo explicaciones que darte...
—!¿Al menos dime cómo pasó?¡!¿Qué te hizo John?¡—la mención de su nombre me asqueo—¡Soy tu madre y debo saberlo!... —siguió presionándome
—¡Basta Madre!¡Sabes lo que debes saber y hasta ahí!. No saldrá más información de mi boca. Aun cuando insistas...
—¡No señorita!¡Usted me debe explicaciones y tarde o temprano tendrás que darlas!¡No puedes huir del pasado siempre!—para este punto ambos éramos volcanes en erupción—¿Dime de dónde te salió la genial idea de dejar todo atrás y terminar en medio de la selva?¿Tan grave fue todo para que te divorciaras?¿Acaso no te enseñamos tu padre y yo a mantener una familia unida?
—¡Yo lo decidí mamá! y sabes algo ¡Ha sido de las mejores decisiones que he tomado!¡Al diablo con su idea de familia perfecta!
Que se jodan.
Antes de que me refutara otra cosa, me harte y presione el botón rojo terminando la llamada.
Por poco lanzó el teléfono desde el balcón para no tener que volver a escuchar su chirriante voz, un temblor en mis manos empezó a brotar, hace años que no me pasaba y la causa son problemas por ansiedad. Inhale y exhale profundo un par de veces y mi ritmo cardíaco se fue normalizando.
Todo lo que una simple llamada genera.
Para la hora de la cena no tuve apetito y terminé ordenando servicio a la habitación, en la tranquilidad del lugar el sueño me fue venciendo y antes de lo que notara ya estaba dormida.
Entre recuerdos opacos veía mi reflejo en el enorme espejo, justo en mi casa, toda la habitación cubierta por una luz matinal y yo luciendo un extraordinario vestido de novia, hecho a la medida, pedrería swarovski, tela de seda y adornado para hacerme sentir una princesa, lo mejor para la novia. La puerta se abrió y aunque lo anhelara mi padre no podría entregarme en al altar y quien estaba ahí era mi tío, bajamos por las gigantescas escalinatas de mármol hasta el jardín donde todo el sitio lucía sacado de un cuento de hadas, alguien se acercó y acomodo el gigantesco velo tapándome la cara, mientras la marcha nupcial sonaba y caminaba por la pulcra alfombra blanca toda mi atención estaba en él, esquelético pero jovial, portaba con elegancia el smoking y esas orbes verdes que me cautivaron destellaban luz, todos decían que era muy tonta por casarme a los veintidós años y aún más estúpida por buscar un marido que casi dobletea mi edad, para mí era la edad era lo de menos si estaba a un paso de unirme al amor de mi vida. En toda la ceremonia me sentí la mujer más afortunada del universo porque este era el inicio del capítulo más feliz de mi vida y haría todo porque él siempre se sintiera satisfecho conmigo y tuviéramos una historia con final feliz.
